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Los hospitales públicos pierden más de 200 camas en apenas cuatro años

  • Los complejos del Sistema Andaluz de Salud restan puestos asistenciales de manera progresiva, a pesar de que algunos proyectos sanitarios prometidos hace un lustro para reforzar la red no terminan de ejecutarse

Los hospitales públicos han perdido 256 camas hospitalarias en apenas cuatro años, pese a que la población ha crecido en este periodo en 65.147 personas en la provincia, según los datos del padrón municipal. Este cierre de camas forma parte de una estrategia del Sistema Andaluz de Salud (SAS) para impulsar la cirugía que no requiere ingreso hospitalario. El sindicato de Enfermería Satse y la sección de sanidad del CSIF, no obstante, han advertido en múltiples ocasiones que la infraestructura sanitaria y las camas actuales no son suficientes para dar una respuesta eficaz a una demanda creciente de asistencia médica marcada por la cronificación de las enfermedades, el progresivo envejecimiento de la población y el crecimiento demográfico.

Los tres hospitales públicos de la ciudad han restado puestos asistenciales en los últimos años: El Virgen del Rocío ha pasado de 1.311 camas a 1.205 en cuatro años; en el Hospital Virgen Macarena, si en 2006 funcionaban 984 camas, en 2009 son 865; mientras que en el Hospital de Valme, se ha pasado de 573 a 540. A esta reducción de camas hospitalarias se suman las continuas demoras en grandes proyectos que prometió la Consejería de Salud hace ya más de un lustro para reforzar la red asistencial sanitaria y que no llegan a cuajar. Entre estos proyectos se encuentran el Vigil de Quiñones, antiguo Hospital Militar, que suma siete años de reformas sine die para su reapertura; y el centro de alta resolución (Care) del Prado, en el solar del antiguo Equipo Quirúrgico, que debería estar funcionando desde 2008, según un convenio suscrito por la Consejería y el Ayuntamiento para renovar la red sanitaria en 2005.

Los continuos retrasos en la reforma y reapertura del centro sanitario Vigil de Quiñones redundan en la paralización de otro proyecto que parece olvidado, el centro de salud prometido en 2005 en Duque del Infantado, conocido como el pabellón vasco, donde se presta asistencia de cuidados paliativos y se realizan intervenciones de cirugía mayor ambulatoria, entre otros servicios sanitarios. El plan del SAS inicial era trasladar parte de la actividad quirúrgica y especializada del pabellón vasco al futuro Vigil de Quiñones, una vez que termine la reforma en la que están comprometidos 42 millones de euros de la Junta, según la adjudicación que se concedió a la empresa Isolux Corsán.

No sólo está en el limbo la construcción del centro de salud anunciado por la Consejería de Salud hace más de un lustro, sino que además está en peligro el futuro del pabellón vasco. Los trabajadores de este centro, que pertenecen al área hospitalaria Virgen del Rocío, temen que tras el verano y los reajustes que realiza el SAS cada año por el descenso de la actividad, se acometa el cierre definitivo de más puestos asistenciales. El SAS ya cerró en 2008 medio centenar de camas en Duque del Infantado, lo que motivó protestas de los trabajadores. En estos momentos, sólo quedan 19 camas en este centro asistencial destinadas a cuidados paliativos.

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