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Sevilla

La madre de la víctima de la 'botellona' reclama 285.000 euros al Ayuntamiento

  • La petición se basa en que la fiesta en la que murió asesinado su hijo era ilegal.

La madre de Francisco José Guerrero Vargas, el joven de 24 años asesinado en la fiesta de la primavera el 25 de marzo de 2011, reclama al Ayuntamiento de Sevilla una cantidad de 285.000 euros en concepto de responsabilidad patrimonial por no haber impedido la botellona en la que murió su hijo. Milagros Vargas ha presentado esta reclamación administrativa ante el Consistorio, que ahora tiene seis meses para contestar antes de que se abra un contencioso.

La reclamación, elaborada por la abogada María de los Ángeles Villegas Maestro, se basa principalmente en el hecho de que el anterior gobierno local permitió la celebración de una fiesta que está prohibida por la ley andaluza 7/2006, conocida popularmente como ley antibotellón, y que hubo una relación causa-efecto entre esta la celebración de la botellona y la muerte de Francisco José Guerrero. El Ayuntamiento no sólo no impidió la fiesta sino que tampoco habilitó las suficientes medidas para garantizar la seguridad de los jóvenes que asistieron al Charco de la Pava. Tampoco había un dispositivo sanitario listo para reaccionar con rapidez ante cualquier emergencia como la de la reyerta en la que fue asesinado este joven vecino de La Puebla de Cazalla.

El baremo que se ha utilizado para solicitar la cantidad es el de la ley del seguro, el mismo que se emplea para las indemnizaciones de los fallecidos en accidentes de tráfico. En este caso, la abogada ha tasado al mínimo la pérdida de Francisco José Guerrero y no ha incluido conceptos como el del daño moral sufrido por la madre de la víctima, ya que todavía está pendiente el procedimiento penal contra el presunto autor del crimen, cuyo juicio arranca el próximo 4 de mayo.

Milagros Vargas explicó este martes a este periódico que el gobierno anterior permitió una fiesta ilegal y recordó que la Policía Local ha impedido en las últimas semanas la celebración de dos macrobotellonas en el Charco de la Pava. "He visto cómo se les pide a los jóvenes hasta el DNI. Si se hubieran hecho esos controles el día que murió mi hijo se podría haber impedido el acceso del asesino a la fiesta, ya que tiene muchos antecedentes".

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