Una maqueta de la Maestranza
Calle Rioja
Cumbre iberoamericana. Un arquitecto y un historiador, ambos fumadores de pipa y residentes en Sevilla, han trazado un mapa entre Cádiz y La Habana.
La próxima Cumbre Iberoamericana se celebrará en 2012 en Cádiz coincidiendo con el bicentenario de la Pepa, la primera Constitución promulgada en España. Hay dos sabios en Sevilla que saben mucho de la cuestión desde ámbitos distintos. Probablemente nunca hayan coincidido en un foro, en una mesa redonda. Uno es arquitecto y el otro historiador. Tienen en común, eso sí, que ambos son fumadores de pipa, lo que les confiere una cierta reputación de desaliño público y genial chifladura. La vocación americana de Luis Marín de Terán la descubrí el otro día casualmente cuando fui a su casa para entrevistar a Curra Márquez, su mujer, pionera del patchwork. Fue autor junto a Aurelio del Pozo del teatro de la Maestranza, uno de los edificios de la Sevilla del 92 que elogió Álvaro Siza en la entrevista que le hizo Carlos Mármol.
En la casa sevillana de Marín de Terán, madrileño nacido en julio del 36, hay una maqueta del coliseo de los nuevos melómanos. Hay algo mucho más sorprendente. Marín de Terán, igual que el arquitecto portugués, es buen aficionado a la pintura. En la cocina hay dos paisajes de Sigüenza, el lugar de veraneo de su familia, y una vista general de este pueblo de la provincia de Guadalajara. La villa natal de Juan José Asenjo, arzobispo de Sevilla. A Monseñor le emocionarían estas vistas. Podría utilizar su predicamento pastoral para que a don Luis lo nombraran pregonero de la Semana Santa (su casa está en pleno cogollo cofrade) y así aprovechar el rito de la visita a la casa del pregonero para ver esa pinacoteca entre fogones.
A este arquitecto también le gusta escribir. "Ahora mismo estoy en La Habana", decía sobre su ordenador. Está escribiendo un libro sobre ciudades hispanoamericanas. "Un tema del que se han escrito muchas tonterías. Una de ellas, que los españoles que trabajaron allí aprendieron urbanismo de los indígenas. Ahora estoy con las siete ciudades que fundó Velázquez en Cuba. Lo de Roma fue cosa de pigmeos comparado con lo que hicieron los españoles en América".
A Manuel Moreno Alonso, biógrafo de Antonio Domínguez Ortiz y de Blanco White, estudioso de la Sevilla napoleónica, de la batalla de Bailén, del cerco de San Fernando y otros episodios igualmente nacionales, lo han nombrado catedrático y los honores, como le gustaba a Picasso, lo sorprendieron trabajando. Está a punto de terminar un estudio pormenorizado de la Constitución de Cádiz y de los 384 artículos que la componen.
Tribunos de esas ciudades que ahora estudia en su vestíbulo de escritor el arquitecto Marín de Terán cruzaron el Atlántico para participar en aquellas Cortes que se reunieron por primera vez en la Isla de León. Me habló de este libro Moreno Alonso en la fallida presentación de la autobiografía de Cayetana de Alba. La ópera también llegó a Cádiz cuando el teatro Falla, tras su restauración, se inauguró con La Bohème de Puccini siendo concejal de Cultura Josefina Junquera, profesora de Literatura en el colegio de los Salesianos de Cádiz y con un espacio de libros en Radio Nacional. El libro del nuevo catedrático es un homenaje a los duros antiguos. ¿Cuántos años van desde 1812, fecha bautismal de la Pepa, hasta 1978, en que se promulgó la Constitución española? 166, el equivalente en pesetas del euro, que anda de caldero en calderilla.
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