El mexicano que atacó a dos policías pensó que iban a secuestrarle

El mexicano Alejandro Ordaz Moreno reconoció ayer que agredió a dos policías que fueron a identificarle, pero negó con rotundidad que le arrebatara el arma reglamentaria a uno de ellos y a continuación apretara el gatillo en varias ocasiones, aunque las balas no se dispararon porque la pistola tenía puesto el seguro.

El acusado, que se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 13 años de prisión por delitos de atentado a la autoridad y de homicidio en grado de tentativa, explicó en su declaración ante el tribunal que la madrugada del 8 de marzo de 2008, cuando se produjeron los hechos, regresaba a su domicilio en la calle San Juan de la Salle tras haber estado bebiendo con su compañero de piso más de 30 cervezas y otros tantos chupitos de tequila.

Los agentes le pararon para una identificación rutinaria, dado que unas mujeres habían denunciado que un hombre las asustó en las inmediaciones. Según el acusado, cuando los agentes, que iban de paisano, le pararon, se puso nervioso y sintió "mucho miedo" porque llegó a pensar que iban a "secuestrarle", ya que su padre es policía en México y le había contado cómo se producen los raptos en el país centroamericano. El procesado admitió que golpeó a los agentes, pero rechazó que arrebatase el arma a una mujer policía y le disparase con la misma en varias ocasiones. "Eso no es verdad, son unas escenas que ellos se han inventado", declaró Alejandro Ordaz, quien precisó que sólo tocó el arma cuando le dio un "manotazo" a la agente y añadió que pensó que iban a meterle en el maletero del vehículo.

Por su parte, los dos policías ratificaron la agresión que comenzó cuando el ciudadano mexicano, sin mediar palabra alguna, golpeó en la cara a la agente, que quedó "inconsciente" en el suelo. Una vez que le arrebató el arma, le disparó diciéndole: "Te mato, te mato".

El otro policía confirmó que el acusado se mostró muy agresivo, propinando un puñetazo "tremendo" a su compañera, y agregó que fue un "milagro" que ambos pudieran acabar con vida aquella intervención policial.