Sevilla

Una mujer da a luz en su coche a las puertas del hospital Vithas en Sevilla

La pequeña Julia junto a sus padres, Mari Carmen y Antonio, en la habitación del hospital.

La pequeña Julia junto a sus padres, Mari Carmen y Antonio, en la habitación del hospital. / M. G.

A la enfermera que recibió a Antonio Pichardo en el Hospital Vithas Sevilla no se le olvidará la madrugada del 10 de marzo en mucho tiempo. Tampoco al propio Antonio, ni a su mujer Mari Carmen Carrasco, que, tras hacerse casi 50 kilómetros en coche acabó dando a luz a las puertas del centro en su propio vehículo.

Es la extraordinaria historia del parto de esta mujer, vecina de La Palma del Condado, que se produjo poco antes del amanecer de este jueves. Es su segundo hijo y la pareja tenía programado que el nacimiento fuera en este centro, donde ya nació su primer hijo, pero no en este día, ni en las circunstancias en las que se produjo, ya que no cumplía hasta el próximo día 20. Todo se precipitó en la noche de ayer miércoles. Mari Carmen empezó a sentir fuertes dolores y, tras aguantar un poco en casa, decidieron trasladarse al hospital. Lo que no esperaban es que no les diera tiempo ni de entrar antes de que la pequeña Julia, que es como se llama la recién nacida, llegara a la vida.

El camino, según Antonio y Mari Carmen, fue "complicado" y "eterno". Cada vez eran más fuertes los dolores y llegó un momento en el que "no podía ni estar sentada", relata la mujer, que llegó a romper aguas en el coche. Fue llegar al hospital y parar el coche donde pudo y, en el tiempo que Antonio entró y le explicó lo que pasaba a una enfermera, el bebé tenía ya la cabeza fuera. Cuando llegaron las matronas y ginecólogos, que acudieron rápidamente a la llamada de la enfermera, la niña estaba ya en los brazos de su madre por lo que los sanitarios no pudieron más que trasladarla a paritorio donde revisaron que todo estaba bien.

La pequeña Julia nació a las 5:30 horas en la semana 38 + 6 de gestación y ha pesado 2,9 kilogramos y, tanto ella como su madre, se encuentran "en perfecto estado", aseguran fuentes del centro.

Mari Carmen y Antonio aún no son consciente del episodio vivido. "Ha sido una experiencia increíble. Fue entrar mi marido a avisar al personal sanitario y en unos segundos ya escuché el llanto de mi pequeña Julia. No pude más que ponerme a llorar con ella. Me desapareció toda la angustia", explica la mujer. Y aunque fue todo un susto, ahora no pueden estar más felices. En unos años, cuando Julia conozca la increíble historia de su nacimiento, podrá estar aún más orgulloso de su madre.

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