Los tres nacimientos más antiguos de Sevilla

Estas representaciones de la Natividad se encuentran la Catedral y en el monasterio de la Cartuja

Son los primeros en escultura que se hicieron en la ciudad

La puerta del Nacimiento o de San Miguel de la Catedral de Sevilla.
La puerta del Nacimiento o de San Miguel de la Catedral de Sevilla. / D. S.

En piedra y en madera. La representación de la Natividad en escultura más antigua de Sevilla se puede admirar sin las largas colas que se forman durante estos días para visitar los centenares de la belenes que se crean en la ciudad. Se debe a Lorenzo Mercadante de Bretaña y se encuentra en el tímpano de la puerta de San Miguel, o del Nacimiento de la Catedral, en la Avenida de la Constitución. Otra de las representaciones más antiguas hay que buscarlas en el majestuoso altar mayor del Templo Metropolitano. La tercera está en el sepulcro de Catalina de Ribera en el monasterio de Santa María de las Cuevas de la Isla de la Cartuja.

El Nacimiento de Cristo es una fiesta principal de la Iglesia. Desde el siglo XV empiezan a ser frecuentes las representaciones de la Natividad en el mundo del arte, aunque desde al menos un siglo antes la festividad gozaba de una enorme trascendencia social. En Sevilla, la primera representación escultórica se realiza en una de las puertas de la Catedral, que se empieza a levantar en el año 1433. Unas décadas después, Lorenzo Mercadante de Bretaña realiza la portada de la Natividad. "Se expone el misterio por delante de la escena de una ciudad. Se representa lo trascendental más grande y lo contemplativo de manera empequeñecida", explica Andrés Luque Teruel, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla.

Hay que adentrarse por esta puerta, situada en la Avenida de la Constitución, y buscar la capilla mayor del templo para encontrar otra de las representaciones más antiguas de la ciudad. En el retablo gótico, el más grande de la Cristiandad, se representa la escena del nacimiento. Fue tallada por Jorge Fernández Alemán a principios del siglo XVI. "Destaca por sus rasgos realistas, en consecuencia con el realismo del arte gótico en Alemania, y con una ligera inclinación hacia los principios humanistas italianos", señala el profesor de la Hispalense. Estas características se observan en la fuerza constructiva de la escena más que en cuestiones estilísticas, donde sólo hay leves muestras del Renacimiento.

Escena del Nacimiento en el retablo mayor de la Catedral.
Escena del Nacimiento en el retablo mayor de la Catedral. / La Sevilla que no vemos

También a principios del siglo XVI, el escultor italiano Pace Gazini de Bissone, realiza el sepulcro en mármol para Catalina de Ribera, que se encuentra en el monasterio de Santa María de las Cuevas de la Isla de la Cartuja. "Es uno de los escultores genoveses adscritos al movimiento del preciosismo florentino que surge en torno a los seguidores d Donatello. Entre ellos destacan Mino de Fiesole o Desiderio de Santignano. Van a tener una gran influencia en los talleres ligures". Fadrique Enríquez de Ribera Marqués de Tarifa, a la vuelta de su peregrinación a Jerusalén, quiso evocar las glorias de su linaje representando en el monasterio, al que toman bajo su protección, las efigies de los miembros de su familia, que tanto habían luchado por la reconquista de Andalucía. Fadrique le hace el encargo a Gazini pero éste muere en 1522 habiendo realizado solamente el de su madre.

Sepulcro de Catalina de Ribera en el monasterio de la Cartuja.
Sepulcro de Catalina de Ribera en el monasterio de la Cartuja. / D. S.

"La obra que hace Gazini se corresponde con los principios del manierismo italiano. Elige una escena con muchos personajes en la que destaca cómo aparece la Virgen entronizada ofreciendo por delante al Niño Jesús. Es una alegoría presacramental", explica Luque Teruel.

Más tarde, escultores como Vázquez el Viejo, Andrés de Ocampo y Martínez Montañés incluyen la Natividad de Cristo en los relieves de sus grandes retablos. "Para verlo como tema principal el primero probablemente sea el retablo de la Encarnación, que está documentado como de Francisco Dionisio de Ribas con esculturas de Pedro Roldán, que trabajó en su taller entre 1648 y 1666", señala Luque Teruel.

Una representación de Vázquez el Viejo para Santa María la Blanca (Toledo), se erige como modelo iconográfico que siguen tanto Montañés en Sevilla, como el círculo de Pedro de Rojas en Granada. "Ambas escuelas parten de lo castellano de Vázquez", revela Luque Teruel.

stats