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Cuando la poda perjudica

  • Un experto advierte del trato que reciben los árboles en Sevilla. Pide una revisión de los criterios y que se estudie qué especie es mejor para cada calle.

Una poda "excesiva y salvaje". Como sucede cada invierno, los operarios de Parques y Jardines de la delegación de Urbanismo y Medio Ambiente del Ayuntamiento están podando los árboles diseminados por la ciudad dejando una imagen de troncos desnudos y retorcidos con apenas unas hojas que, según los expertos, son ejemplo de cómo no se debe actuar. Estos fantasmas son visibles en la Plaza de San Pedro, en La Cartuja, en la calle Flota de Indias, en la Marqués de Paradas -cuyos plátanos de Indias han sufrido la pasada semana esta poda indiscriminada que afea el paisaje y deteriora el árbol- y en muchas otras zonas de la ciudad.

Una de las personas más críticas a la hora de analizar cómo se podan los árboles en Sevilla es Manuel Enrique Figueroa, catedrático de Ecología de la Universidad de Sevilla y director de su Oficina de Sostenibilidad. Según este experto, las actuaciones que se realizan desde Parques y Jardines son excesivas y nocivas: "Esta poda es una salvajada. Los plataneros en Sevilla están destrozados y este tipo de poda que se hace es una de las principales causas de la podredumbre que padecen". Y lamenta, entre otras actuaciones, la realizada recientemente en la calle Avicena: "Hubo una tala masiva e innecesaria. Se podía haber optado por otras soluciones". O lo ocurrido con el ficus existente en La Raza: "Ha sido un destrozo absolutamente innecesario. Se han cortado troncos grandes que estaban sanos".

Muchas veces se pone como pretexto para justificar este tipo de podas la seguridad de los ciudadanos, algo que es absolutamente necesario, pero que muchas veces no se corresponde con la realidad: "Nadie quiere un árbol inseguro, pero las podas son exageradas. Las copas están destrozadas. Hay que salvaguardar la seguridad de los ciudadanos. Habría que vigilar los árboles más a menudo y quitar las ramas que sean peligrosas, pero no mutilar de esta manera".

Las consecuencias de estas podas, según expone Figueroa, inciden de manera muy negativa en el sistema verde de la ciudad. En primer lugar, en su función paisajística: "Un buen arbolado ayuda al ciudadano a sentirse mejor. Es la hipótesis de la biofilia que dice que la presencia de la naturaleza hace que nos sintamos mejor". En segundo lugar, los árboles ejercen en Sevilla una función muy importante desde el punto de vista climático: "La sombra, la temperatura y la humedad. Realizan una función muy importante. Detienen la luz ultravioleta, tan importante para evitar los casos de cáncer de piel. Un día de verano la temperatura puede bajar hasta 10 grados gracias al sistema verde. Esto es muy importante porque en Sevilla tenemos muchos meses de calor". En tercer lugar, ejercen una importante labor para mantener la biodiversidad: "Ayudan al asentamiento de aves". Algo no menos importante es que los árboles absorben el carbono que se desprende a la atmósfera: "Si destrozamos la biomasa aérea también destrozamos esta función". Por último, también contribuirían a mejorar el balance hídrico de la calle: "El papel del árbol es esencial".

El catedrático de Ecología propone varias soluciones para acabar con estas actuaciones indiscriminadas en el arbolado. "Primero hay que ver si el árbol que se pone en una calle es el adecuado para esa calle. Vemos a menudo cómo esto no ocurre y, a los pocos meses, los ejemplares mueren". También pide a Parques y Jardines que se revisen los criterios de poda: "Habría que emplear más medios y ser más cuidadosos y ver cuál es el tipo de poda que necesita la ciudad". Una última cuestión importante es que los alcorques en los que se plantan los ejemplares tampoco son los adecuados: "Son muy pequeños y se rellenan con albero. Si tuvieran un buen asiento no habría que podar tanto, ni se levantaría el pavimento".

Como ejemplo de arbolado bien cuidado, y que apenas se poda salvo para retirar ramas en mal estado, Figueroa pone el de las grandes ciudades europeas o el de la ciudad de Madrid: "Los árboles del Paseo del Prado. Son árboles tremendos que no se podan o sólo se hace pero muy poco". En cualquier caso en Sevilla, asegura, que todo no es malo: "Los plátanos de la Avenida de Roma apenas se han podado y son unos ejemplares magníficos, nada que ver con los que se cortan que están destrozados".

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