Gracias a los nuevos medicamentos, explica María Luque, el vih-sida no tiene "por qué ser mortal" e incluso los afectados por el virus pueden llevar una vida muy normalizada sin desarrollar la enfermedad. "Pero queda el estigma", apunta esta psicóloga sevillana, quien añade que la desinformación y la presión social son una gran lacra que deben soportar los seropositivos, hasta el punto de que "muchos lo mantienen en secreto". Aunque haberlos, haylos, y muchos. "En los tres hospitales de Sevilla reciben atención médica unos 3.300 seropositivos", explica María. Sus necesidades a menudo desbordan a los médicos. Por ello nació hace cuatro años la asociación Adhara, que lleva el nombre de una estrella y que en realidad ofrece un rayo de luz y esperanza a los afectados, apoyándolos a la hora del impacto emocional de recibir el diagnóstico y con el estrés de vivir con un mal poco conocido que produce rechazo "en el trabajo o en el colegio de sus hijos". Por ello, Adhara (Marqués de Pickman, 15; 954 981 603; 687 245 264) no sólo ofrece la experiencia de personas que llevan conviviendo con el vih-sida muchos años, ya sea en el mismo hospital Virgen del Rocío (programa de atención entre iguales) o en la asociación, sino que además ofrece distintos talleres y cursos relacionados con la infección, así como el grupo de encuentro semanal La Cafetera, en el que comparten viviencias.