Calle Rioja

El refranero se equivoca menos que las encuestas

  • Calendario. Todos los domingos de este Abril sin Feria son múltiplos de siete y en todos pasa algo

La pregonera Charo Padilla saluda al alcalde, entre Cabrera y el arzobispo Asenjo.

La pregonera Charo Padilla saluda al alcalde, entre Cabrera y el arzobispo Asenjo. / Juan Carlos Vázquez

EN el Avenida Multicines ponen una película, El pueblo y su Rey, que cuenta la Revolución Francesa “desde dentro”. Desde fuera, sería la Revolución cubana, especialistas en exportarla. Esta primavera sevillana es un totum revolutum. Viene con tantas cosas que parece uno de esos carteles de fiestas primaverales de Hohenleiter, Bacarisas o Juan Miguel Sánchez en los que junto a las procesiones y los días de Feria se anunciaban pruebas aerostáticas, carreras de caballos o competición de tiro de pichón.

Todos los domingos de este mes de abril son múltiplos de siete y en todos pasa algo. La campaña electoral comenzará el Viernes de Dolores y coincidirá con la Semana Santa del mismo modo que el final de la Feria se enredará con el inicio de la campaña de las elecciones municipales. En el pregón de Charo Padilla se saludaron Juan Espadas y Juan Ignacio Zoido, que fueron adversarios en las dos últimas elecciones municipales.

La campaña electoral ha iniciado sus ensayos con la proliferación de los líderes. Pedro Sánchez pasó por Sevilla la víspera del pregón del Maestranza, el primero que en ochenta años ha pronunciado una mujer. Lo destacó Televisión Española en el telediario sin una sola imagen de la pregonera. Sí aprovecharon para incluir un reportaje sobre una de las acciones sociales de la hermandad de la Esperanza de Triana. El alcalde Juan Espadas sabe estar en misa y repicando. Sabe que abril y mayo tienen un efecto dominó. El sábado estuvo en Fibes con Pedro Sánchez y el domingo se sentó junto al arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, en el teatro de la Maestranza.

Por si faltara poco, el Sábado de Pasión, víspera del inicio de la Semana Santa, hay derbi en Sevilla. El equipo de la pregonera visita el estadio del equipo de su esposo, el compositor Manuel Marvizón. Hace cincuenta años, el Sábado de Pasión se celebró el Festival de Eurovisión que organizó España con el triunfo ex aequo de Salomé con Francia, Holanda e Inglaterra. Ayer, en muchas casas de Sevilla se buscaron los medios para oír y ver el histórico pregón. Sonaba Amarguras, de Font de Anta, la marcha que se oye al final de la película Alatriste, de Agustín Díaz Yanes, basada en las novelas de Arturo Pérez-Reverte; y en el manejo tecnológico para conseguir la señal del pregón salían imágenes de Teledeporte, que daba el Tour de Flandes. La realidad siempre imita al arte.

Ni un solo domingo de abril de reposo. El 14, Domingo de Ramos. El 21, Domingo de Resurrección. Y en este viaje del Salvador a Santa Marina, de Jerusalén al sepulcro vacío pasando por el Gólgota, puntos suspensivos hasta llegar a la cita electoral del 28 de abril. En la jornada de reflexión, actúan Hombres G en Sevilla. Marta tiene un marcapasos. Como en el 79, elecciones generales y municipales. Menos mal que los años impares no hay Mundiales, Eurocopas ni Juegos Olímpicos. Hay un derbi en Nervión, que en clave local es todo eso junto: peso, disco, martillo.

Alguien dirá que hasta el cielo lloró de emoción. El refranero falla menos que las encuestas. En abril, aguas mil. Miran al cielo los cofrades, todo el año trabajando para un día –en realidad, es todo lo contrario–, y también los cuadros políticos de los candidatos. Dice Italo Calvino en su novela La jornada de un interventor electoral que la lluvia favorece a la derecha. Paraguas, paraguas, se oía ayer en Sierpes y Tetuán. Los pregonaban vendedores africanos, manteros reciclados cerca de la calle General Polavieja, que antiguamente se llamó calle Manteros. La lluvia y el estigma de My Fair lady. O de Los paraguas de Cherburgo de Jacques Demy, cuya viuda, Agnès Varda, estuvo en Sevilla y acaba de fallecer.

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