Los relojes de la ciudad se ponen a punto

Tener en perfecto estado de funcionamiento los relojes de propiedad municipal. El Ayuntamiento ha sacado a licitación los trabajos de conservación y mantenimiento de una treintena de relojes que se encuentran dispersos por la ciudad. Los hay de torre, como el de la propia Casa Consistorial; de sobremesa, como los que se encuentran en el despacho del alcalde, de antesala o de pared. Muchos de ellos, la gran mayoría, de gran categoría. Tienen un valor material incalculable, además del importante papel que en la vida de los sevillanos juegan los que se encuentran en los espacios públicos.

En los diferentes edificios públicos de la ciudad -como señala el Ayuntamiento- "existen relojes de distintas épocas, algunos de ellos pueden ser considerados joyas de relojería, que nuestros antepasados nos legaron y que por tanto son patrimonio de la ciudad de Sevilla y que es necesario mantener y conservar para su correcto funcionamiento". Estos equipos son de tipología y épocas diferentes y por tanto existen muchas maquinarias de diversas tipologías, por lo que las actuaciones de conservación y mantenimiento deben ser realizadas por una empresa o un profesional habilitado y especializado en sistemas de relojería, con la calidad apropiada y en las que se realicen, además, las manipulaciones necesarias para mantener la hora oficial actualizada y las funciones coyunturales requeridas, como las campanadas de fin de año u otras propias que pudieran plantearse. Actualmente, como sucede desde el año 1915, es la familia Torner la que se encarga de estas tareas. El presupuesto del contrato asciende a 21.000 euros.

Los relojes de torre incluidos en el contrato son los del Ayuntamiento, la Hemeroteca Municipal, el cementerio de San Fernando, los colegios Ortiz de Zúñiga y Carmen Benítez, las parroquias de San Lorenzo y la Concepción o el antiguo faro del Puente de Triana.

En la Casa Consistorial hay hasta 14 relojes, fundamentalmente del siglo XIX, pero también hay un carrillón inglés del XVIII en la Sala de San Fernando. Además de éste, destacan los dos de sobremesa del despacho del alcalde, uno con la figura de un caballo alado, de maquinaria París, situado en el Salón Colón, o el de antesala inglés del Salón Santo Tomás. En el resto de la ciudad, se encuentran, entre otros, el de la estación de autobuses del Prado de San Sebastián, el del Patio de la Buhaira, que no funciona y está pendiente de presupuesto para su puesta en marcha; o el de sobremesa Imperio del Laboratorio Municipal.

Para garantizar el correcto funcionamiento de los relojes el adjudicatario tendrá que hacer, al menos, las siguientes tareas: una revisión semanal y dar cuerda cada cuatro días a todos los relojes de torre, dar cuerda cada cinco días a todos los de las oficinas y despachos, una limpieza mensual con gasolina de todos los relojes de torre, desmontando las piezas necesarias para ello, un cambio de aceite de Vis-Sin fin en los relojes de remontaje eléctrico (Plaza Nueva, Ortiz de Zúñiga y Cementerio), revisar dos veces a la semana de los relojes de oficina de la Casa Consistorial, haciendo hincapié en los de la Alcaldía. En las tareas de mantenimiento y conservación también quedan incluidos el suministro y la colocación de todas las piezas originales que sean necesarias, incluso aquellas que puedan fabricarse en el taller del adjudicatario, así como las maquinarias de cuarzo y pilas para todos los relojes eléctricos; las modificaciones que haya que realizar para el cumplimiento de la Ordenanza Municipal de ruido; todas las reparaciones que sean necesarias durante el año; y los cambios de hora en el último domingo de marzo y octubre, que en el de la Plaza Nueva se haría a partir de las doce de la noche.