Los ladrones van al concesionario

Robo de coches en Sevilla

El reciente robo en un negocio de venta de coches de segunda mano en Bormujos tiene algunos precedentes en Sevilla, donde operaron varias bandas en los últimos años

Los ladrones van al concesionario
Los ladrones van al concesionario / Daniel Rosell

La madrugada del viernes 5 de noviembre, una banda de delincuentes accedió al aparcamiento en superficie de un centro comercial de Bormujos. Los ladrones se dirigieron a la oficina de un concesionario de vehículos ubicada en este recinto. Forzaron la cerradura y entraron en el local. Allí sustrajeron las llaves de varios coches que estaban a la venta, la mayoría de ellos de segunda mano, y estacionados en el aparcamiento. Se llevaron una decena de vehículos, muchos de ellos de alta gama. Se fueron con los coches en marcha tras haber conseguido abrir la puerta del aparcamiento.

La Guardia Civil ha abierto una investigación sobre este robo, pero por el momento no ha podido localizar ningún vehículo de los sustraídos. Los agentes sospechan que los coches deben estar aparcados por el Aljarafe, o guardados en alguna nave de la zona, pues tenían poco combustible en sus depósitos y no pudieron llegar demasiado lejos esa noche. Pero por el momento las pesquisas no han dado resultados. Se desconoce el destino de los vehículos, aunque se cree que los delincuentes tendrán que sacarlos de España para poder revenderlos. Marruecos es un destino habitual para los vehículos de alta gama que se roban en España. En ocasiones estos robos son por encargo, y los ladrones tienen ya un comprador que les paga por los vehículos sustraídos.

El robo del concesionario ha sucedido a otros episodios parecidos ocurridos recientemente en la comarca del Aljarafe. Unos días antes, el 2 de noviembre, sustrajeron un Mini de un taller de Bollullos de la Mitación. Lo hicieron cometiendo un alunizaje (con otro coche robado previamente) en el local en el que estaba el vehículo y apoderándose luego de la llave para ponerlo en marcha. A finales de octubre, otro taller de Bormujos sufrió un asalto similar. Los delincuentes sólo pudieron sustraer un Seat Exeo, porque un camión bloqueaba la salida del taller y este coche era el único cuya posición les permitía maniobrar para sacarlo del local. El dueño del negocio está convencido de que los asaltantes sólo buscaban vehículos, aunque tuvo la fortuna de que el camión les impidiera llevarse más coches.

Todo apunta a que hay una banda de ladrones dedicándose al asalto de concesionarios y talleres para sustraer coches. Buscan principalmente los de alta gama, aunque se han llevado también automóviles de nivel medio. Este tipo de robos no ha sido hasta ahora muy habitual, pues requiere de una cierta infraestructura para poder llevarlos a cabo. En primer lugar, hacen falta un buen número de personas. En el caso de Bormujos, era necesario al menos una decena de delincuentes para que cada uno condujera un coche. Luego hace falta algún lugar en el que ocultarlos. Y, para darle salida, alguien que les cambie las placas de matrícula y los lleve hasta el destino final.

Coche incendiado tras ser robado.
Coche incendiado tras ser robado. / DGP

En cuanto a los alunizajes, no requieren tanta logística pero sí quizás un cierto estudio previo para conocer dónde puede haber vehículos golosos o de fácil salida en el mercado negro. En las últimas semanas también ha habido robos de vehículos con violencia. También a finales de octubre, dos encapuchados sustrajeron un KIA Stonic a punta de navaja. Uno de los ladrones se hacía pasar por trabajador del Ayuntamiento. O al menos llevaba un uniforme de trabajador municipal. Huyeron en dirección Sevilla, mientras que una ambulancia tuvo que asistir a la víctima.

Para estos robos violentos no hace falta la logística que requieren los anteriores. Son más fáciles de cometer, pero también más arriesgados, pues al enfrentarse a una persona, nunca se puede saber la reacción de ésta. Y las condenas para un robo con violencia son mucho más duras en el Código Penal español que para los robos con fuerza. Aún así, en Sevilla han operado bandas violentas que se dedicaban a sustraer coches amenazando o golpeando a sus propietarios.

Así lo hizo en 2019 un grupo de ladrones que tenía su base en el asentamiento chabolista del Vacie, y que fue desmantelada por la Policía Nacional en junio de ese año. Habían cometido al menos 15 robos, algunos de ellos con extrema violencia, propinando palizas a los dueños de los coches sin tener en cuenta que a veces eran personas mayores. En otras ocasiones utilizaron escopetas de caza para cometer sus delitos. Casi siempre operaban por la zona norte de Sevilla y pueblos limítrofes como La Rinconada, pero también llegaron a actuar en Triana y Sevilla Este. No se recuperaron los coches.

Los Bomberos sacan un coche del canal de Torreblanca.
Los Bomberos sacan un coche del canal de Torreblanca. / Emergencias Sevilla

Más difícil es encontrar precedentes de asaltos planeados a concesionarios como el que ocurrió el pasado 5 de noviembre en Bormujos. Aunque ha habido algunos robos más recientes, hay que remontarse hasta el año 2014 para encontrar una banda organizada que se dedicaba a estos robos. Este grupo, que tenía su base en Sevilla pero cuyos cabecillas estaban en Madrid, llegó a asaltar un buen número de concesionarios entre finales de 2013 y la primavera de 2014, hasta que seis de sus miembros fueron detenidos por la Policía Nacional en junio de ese año, en la operaciónRéflex.

Esta organización tenía su sello propio, que era la forma de acceder a los concesionarios. Lo hacían practicando un butrón en el techo de los edificios, un método que se conoce en el argot policial como el del rififí. Iban equipados con inhibidores de frecuencia, extractores de bombines para cerraduras de seguridad elaborados por ellos mismos, equipos de escalada para descolgarse desde los tejados al interior, sierras radiales, hachas, mazas, picos y todo lo necesario para atravesar el techo y fracturar cajas fuertes.

El grupo estaba compuesto por personas que residían en Madrid, que formaban el núcleo de la banda, y en Sevilla, donde estaban los encargados de la infraestructura logística. Disponían de pisos francos en Sevilla capital y en el Aljarafe para ocultarse tras cometer los robos. No sólo robaron en Sevilla sino también en otras provincias, para dificultar así su captura. Fueron localizados tras huir de un robo en Badajoz. Se ocultaban en las Tres Mil Viviendas. En uno de los registros se encontró un arma de guerra, un subfusil tipo UZI.

Vehículo recuperado por la Guardia Civil.
Vehículo recuperado por la Guardia Civil. / DGGC

Entre otros negocios, asaltaron el concesionario de Mercedes en la calle Arjona, el de BMW en Tomares o el de Porsche en el polígono Parque Plata, en Camas, además de distintos negocios multimarcas en Écija o la propia Camas y un taller de Iveco en Utrera, entre otros. La salida de los vehículos se hacía por Málaga, como prueba que en esta provincia se recuperaran dos de los vehículos sustraídos, uno de los Mercedes en Marbella y un Porsche Cayenne en la capital costasoleña, en una operación en la que los ladrones estuvieron a punto de atropellar a un policía.

Casi al mismo tiempo operó la banda del Nocete, llamada así por el apellido de su líder, un delincuente de las Tres Mil Viviendas que por entonces contaba con 24 años y ya había superado el centenar de antecedentes. Este grupo asaltó al menos tres concesionarios cometiendo alunizajes. Los tres robos fueron en 2013 en dos tiendas de Opel en Bellavista y el polígono Carretera Amarilla y en establecimiento de Fiat en la avenida de Montes Sierra. También se dedicaban a asaltar chalés en el Aljarafe y eran especialmente activos. Fueron detenidos a principios de 2014.

En la década anterior también funcionó una banda dedicada al robo de vehículos de alta gama, que eran llevados a Marruecos a través de Ceuta. Eran robos por encargo, que se cometieron entre 2007 y 2008. El comprador pagaba a los ladrones 2.000 euros por vehículo. Robaban tanto a punta de pistola como vehículos aparcados en el parking de una gasolinera. Lo llamativo de esta banda es que sus miembros no tenían antecedentes.

En los últimos años en Sevilla ha habido golpes aislados, como el ocurrido en Pilas en 2017, en Dos Hermanas en 2019 o en un lavadero de Sevilla en 2020. Ese año cayó una red que aplicaba una variante de las sustracciones de vehículos. Los adquirían legalmente, pero con documentación falsa para luego no pagar a la financiera. Luego les cambiaban las matrículas y los vendían on line. Nueve personas fueron detenidas.

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