Carteristas de agosto
Robos en Sevilla
La Policía Local detecta tres clanes de rumanos llegados desde Málaga y Madrid para robar a los turistas, preferiblemente asiáticos, este verano
Visten como turistas, se infiltran en los grupos de visitantes de la zona monumental y aprovechan cualquier descuido para meter la mano en el bolso o birlarle la cartera sin que la víctima apenas se dé cuenta. La Policía Local de Sevilla ha detectado la presencia de al menos tres clanes de carteristas de origen rumano que se encuentran estos días por el centro de la ciudad.
El Grupo Giralda, la unidad de la Policía Local encargada de la vigilancia del casco histórico, ha identificado en los últimos días a al menos doce personas que forman parte de estas bandas de carteristas. Casi siempre van bien vestidos, limpios y con buena presencia. Parecen unos turistas más. Como se aprecia en algunas de las fotografías que ilustran esta información, es muy fácil confundirlos con algunos de los numerosos visitantes que siguen poblando el centro de Sevilla durante este mes de agosto.
Entre los identificados hay tanto hombres como mujeres. Pertenecen a tres clanes distintos que no están asentados en Sevilla, sino que se han trasladado temporalmente a la capital andaluza para aprovechar que sigue habiendo una importante presencia de turistas en verano. Proceden de Madrid y de Málaga. La Policía ha detectado a algunos de ellos llegando en un coche de alta gama que aparcan en el parking de la avenida de Roma. Se está investigando si pernoctan en Sevilla o si simplemente vienen a diario de Málaga, cometen los robos y se vuelven a la Costa del Sol.
Entre sus objetivos están principalmente los turistas de Extremo Oriente, como los chinos, japoneses y coreanos. Los visitantes de estos países suelen llevar mucho dinero en efectivo encima y son más confiados que los europeos y, por supuesto, que los españoles. Los agentes del Grupo Giralda han frenado la actividad de estos carteristas.
Sabiendo que se trata de personas especialistas en hurtos, los policías los han identificado y los han seguido, evitando así que los delincuentes actuaran. Sin embargo, los agentes temen que puedan cometer algún robo, dado que los miembros de este grupo se ven obligados a patrullar tanto de uniforme como de paisano indistintamente. Salen dos turnos de uniforme y uno de paisano.
De uniforme es prácticamente imposible luchar contra estos carteristas, que se escabullen en el momento en que detectan la presencia policial. Además, esta manera de trabajar supone un riesgo para los propios agentes, que entienden que pueden ser identificados por algún delincuente en el momento en que estén de paisano si lo han visto el día anterior de uniforme.
La presencia de carteristas del Este de Europa en el centro de Sevilla no es nueva, pero sí suele coincidir con las fiestas y los periodos de mayor afluencia de personas, como son la Semana Santa o la Navidad. Lo que sí es una novedad es que vengan también en verano. Claro que desde hace unos años julio y agosto han dejado de ser temporada baja en Sevilla, ciudad a la que siguen llegando numerosos turistas extranjeros pese a las altas temperaturas.
Estos carteristas no suelen ser violentos y, si la víctima los descubre, aprovecharán cualquier resquicio para huir antes de que se avise a la Policía. Son conocedores de las leyes españolas y de que el hurto es un delito penado con condenas muy leves, por lo que difícilmente utilizarán la violencia.
Algunas de estas carteristas se han pasado a experimentar otra modalidad de hurtos conocida con el sobrenombre del cariñoso. Este método consiste en acercarse a un hombre, generalmente mayor, y ofrecerle servicios sexuales e incluso practicarle algunos tocamientos. De esta forma, aprovechan el momento de despiste de la víctima para sustraerle la cartera y, sobre todo, el reloj.
Estas hurteras buscan principalmente hombres de avanzada edad que lleven relojes caros, preferiblemente de la marca Rolex. Saben abrir el broche con sumo cuidado y llevarse el reloj. Generalmente estas mujeres cuentan con la ayuda de un hombre que las está esperando en un coche en marcha aparcado en las inmediaciones.
Cuando la carterista se sube al coche, es posible que los delincuentes se vayan a otra ciudad a revender el reloj. Hace unas semanas fue detenida una joven rumana que había cometido al menos tres hurtos cariñosos, todos ellos en la zona de Méndez Núñez y la plaza de la Magdalena. Suelen aprovechar momentos como la salida de misa.
A estas bandas extranjeras se unen los carteristas autóctonos de Sevilla, que suelen operar en solitario y donde haya multitud o se congregue más gente. Algunos de ellos tienen órdenes de alejamiento del casco histórico.
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