La testigo protegida no aclara el crimen de la 'botellona'
La joven siembra dudas sobre la autoría que se atribuye a Óscar Riquelme, al que ahora sitúa en una posición incompatible con el apuñalamiento de la víctima
La testigo protegida del crimen de la botellona, la joven en la que la Fiscalía y la acusación particular basan principalmente los cargos de homicidio contra Óscar Riquelme Rodríguez, no pudo aclarar ayer la autoría del crimen. La joven mostró sus "dudas" sobre si realmente fue el acusado la persona que asestó la puñalada mortal al vecino de La Puebla de Cazalla Francisco José Guerrero Vargas.
La testigo había declarado con anterioridad, en la fase de instrucción, que presenció el apuñalamiento aunque de espaldas, llegando a precisar que el acusado estaba a la izquierda y otra persona a la derecha, y dijo entonces que vio un "movimiento brusco" realizado desde el centro de estas dos personas hacia el pecho de la víctima, una posición compatible con que Óscar Riquelme asestara la puñalada con su mano derecha. Sin embargo, en su declaración de ayer situó a estas dos personas al revés, Óscar a la derecha, con lo que a priori le descartaría como el autor de la puñalada.
La fiscal del caso llegó a preguntar hasta en cinco ocasiones a la testigo sobre la posición del acusado y ésta siempre dio la misma respuesta, que es contradictoria con lo que había asegurado hace un año en el juzgado. La testigo protegida se mostró muy nerviosa y cuando la abogada de la acusación particular, Teresa Mira, le preguntó sobre si había sido coaccionada, se echó a llorar, si bien negó que haya recibido amenazas.
La declaración de la principal testigo de la acusación se produjo en la misma sesión en la que el acusado volvió a proclamar su inocencia y a insistir en culpar a otro joven, vecino suyo de San Juan de Aznalfarache, de la muerte de Francisco José Guerrero, que falleció el 25 de marzo de 2011 tras recibir una puñalada en el corazón. "Yo tengo mi conciencia muy tranquila, no he matado a nadie", aseguró ante el jurado popular Óscar Riquelme, quien sostuvo que fue su vecino José Antonio M. S. el que asestó la puñalada a la víctima, en una versión exculpatoria que descartan rotundamente la Fiscalía y la acusación particular, que consideran que no hay ni un testigo que corrobore esta versión.
El acusado explicó que no culpó a José Antonio M. S. hasta junio del año pasado, cuando llevaba más de dos meses en prisión, porque estaba protegiendo a su familia, ya que, según dijo, tiene "miedo" a la familia de su vecino y no lo inculpó antes por temor a que le hicieran daño a su propia familia.
La fiscal del caso puso en entredicho su versión al preguntarle cómo se explicaba entonces el testimonio de la testigo protegida que inicialmente le identifica a él como autor de la puñalada y los otros testimonios que descartan la presencia de José Antonio M. S. en el momento en que se produjo el crimen.
El acusado respondió en varias ocasiones que "no se lo explica" y reiteró que él se acercó al grupo de jóvenes de La Puebla de Cazalla entre los que se encontraba la víctima para "remediar y poner paz" a causa de un incidente en el que se había rajado una rueda del coche del primo del fallecido. Tampoco comprende el procesado que haya testigos que declaren que le vieron manipulando la navaja, abriéndola y cerrándola, aunque dijo que "por sus manos" nunca pasó esa navaja, de la que sí especificó que era de grandes dimensiones, del tamaño de un bolígrafo cuando está cerrada.
En este punto, su versión fue desmontada por otro testigo, Rubén B., que afirmó ayer en su declaración que vio a Óscar Riquelme con la navaja en la mano unos minutos antes del apuñalamiento. Según este joven, Óscar estaba manipulando el arma cuando el testigo se acercó a buscar a un amigo y, a su regreso, unos dos minutos después, Francisco José ya estaba tendido en el suelo apuñalado, aunque el testigo aseveró que no vio al acusado asestar la puñalada a la víctima.
El acusado, que durante su interrogatorio mostró una actitud contestataria con la fiscal, dijo que cuando se ofreció a buscar una rueda vio cómo su vecino asestaba la puñalada y negó que haya cambiado versión, ya que en un primer momento culpó del crimen a un menor de edad cuya causa fue archivada. "No he cambiado la declaración, la he aumentado para certificar quién es la persona que mata, porque llevaba dos meses de prisión por un delito que no había hecho", precisó. Óscar Riquelme dijo que incluso trató de colaborar para subir a la víctima a un vehículo tras el apuñalamiento, una vez que le vio en el suelo acompañado de una joven que pedía ayuda, según su relato ante el jurado.
El acusado, que admitió que había bebido diez o quince copas en aquella fiesta, añadió que sobre la diez de la noche volvió a preguntar a los amigos de la víctima para interesarse sobre cómo estaba, ya que "sabía que había sido uno de San Juan y mi conciencia no me dejaba tranquilo".
La madre del fallecido, Milagros Vargas, explicó ayer que "tiene fe" en que el jurado valore la primera declaración de la testigo protegida, en la que confirmó la autoría de manera "rotunda y clara".
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