Los tres barrios de menor renta en Sevilla son los que tienen mayor mortalidad
Demografía
Un vecino de Santa Clara vive ocho más que uno del Polígono Sur
La Universidad Loyola ha publicado un informe sobre las desigualdades sociales y económicas en las ciudades andaluzas
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La desigualdad en Sevilla está aún lejos de mermar. Muy al contrario, aumenta y se ceba con los barrios más pobres de la ciudad, los que conforman la famosa lista del Instituto Nacional de Estadística (INE) para sonrojo de las administraciones implicadas. Pero no sólo en estas zonas las diferencias salariales y formativas afectan a un buen número de la población. En otros enclaves de clase media empiezan a detectarse estos problemas cuya solución se antoja lejana en el tiempo. Una desigualdad que afecta de lleno a la esperanza de vida. De hecho, un vecino de Santa Clara, uno de los barrios de mayor prosperidad económica de la capital andaluza, vive de media ocho años más que otro del Polígono Sur.
Así lo recoge el V Informe del Observatorio de Desigualdad de Andalucía, publicado por la Universidad Loyola. Se trata de un estudio elaborado por distintos grupos de investigación. Incluye mapas municipales con distintos indicadores: índices de formación, tasa de desempleo, nivel de renta y razón de mortalidad. El informe abarca, a nivel andaluz, desde las aglomeraciones urbanas a los espacios costeros, las ciudades medias del interior y las áreas rurales de montaña.
De todos estos ámbitos geográficos, el análisis se detiene especialmente en las ocho capitales de provincia de Andalucía, al considerar los expertos que es en estos espacios, por su aglomeración demográfica, donde se hacen más presentes los contrastes económicos y las desigualdades sociales entre la población.
Rentas cuatro veces más altas
En el caso de Sevilla, el estudio lo han llevado a cabo Francisco Sánchez Díaz, geógrafo de la Universidad de Sevilla (US); y Francisco José Torres Gutiérrez, doctor en Análisis Geográfico Regional de la Universidad Pablo de Olavide (UPO). El análisis de la capital andaluza parte de una realidad demográfica que se evidencia los últimos años: pierde población. El dato al que alude cifra en 680.000 los habitantes que residen en la ciudad, sin contar, claro está, su extensa área metropolitana. Los autores del análisis afirman que se trata de la urbe andaluza con “mayor desigualdad urbana”, pues se registran rentas cuatro veces más altas en los barrios más ricos que en los más pobres. Aquí, no obstante, se hace una puntualización, en tanto que las grandes diferencias de bienestar –como ocurre en Barcelona, Madrid o Málaga– no se originan por la existencia de sectores urbanos donde se acumula la riqueza, sino por un dato muy negativo, al albergar siete de los 15 barrios más pobres de España. Así lo refleja la tristemente famosa estadística de Indicadores Urbanos del INE.
Uno de los datos en los que se basa el estudio de la Universidad Loyola para demostrar esta desigualdad es el de la renta. En la capital hispalense hay diferencias de 45.000 euros anuales entre los barrios. Así, entre los que sus vecinos perciben una media de 60.000 euros se encuentran Santa Clara, El Porvenir, Heliópolis, Huerta de la Salud, Tabladilla-Estrella o La Buhaira. En el grupo de rentas medias –entre 30.000 y 40.000 euros– se encuentran varios barrios del Casco Antiguo, Triana, San Bernardo, San Roque, Los Remedios, La Palmera, Nervión y Sevilla Este. El último cómputo lo conforman barriadas donde los ingresos superan a duras penas los 15.000 euros anuales. Se trata de Tres Barrios-Amate, Polígono Sur y Torreblanca.
El paro y la formación
La distribución de la desigualdad por renta prácticamente se repite de nuevo cuando se atiende a las tasas de desempleo y los niveles de formación. Aunque, como diferencia más llamativa, debe considerarse que los datos negativos de tales indicadores se extienden hacia barrios, en principio, “menos marginados”. Por poner algunos ejemplos, se registran tasas de paro por encima del 30% de la población en zonas de los Distritos Macarena y Norte, que abarcan desde León XIII hasta Pino Montano. También en el Distrito Cerro-Amate, en barrios como Juan XIII, Rochelambert y Santa Aurelia. En estos enclaves se perciben, de igual modo, grupos poblacionales en los que menos del 25% de sus integrantes poseen estudios superiores. Tal situación se repite en Parque Alcosa, el Tiro de Línea, los bloques del Tardón y El Carmen (en el lado más occidental de Triana) y en algunos sectores de Bellavista.
El estudio hace un inciso en barrios como El Cerezo, en el Distrito Macarena, o Tres Barrios y La Plata, en Cerro-Amate, donde las comunidades extranjeras suponen hasta el 25% de su población. Un porcentaje que influye notablemente en los indicadores antes expuestos, al tratarse de “una inmigración económica”, que acude a la ciudad a mejorar el nivel de vida que tenía en su país de origen.
La esperanza de vida
Todos los factores analizados influyen notablemente en la calidad de vida de la población y en un aspecto en el que ahonda el análisis: la esperanza de vida, mucho menor en los barrios con rentas bajas que en los de clase media y alta. Existe, por tanto, “una clara correlación entre pobreza y mortalidad”, incide el informe. Para ello, hace uso del plan municipal de salud, según el cual, la diferencia entre la zona con mayor esperanza de vida, que es el barrio de Santa Clara, y la de menos (el Polígono Sur) es de 8,8 años.
“La distribución de la mortalidad sigue un patrón de desigualdad social. Es decir, las mayores desigualdades en parámetros de salud se corresponden con zonas de mayor desigualdad social”, afirman los autores del estudio. Para constatar esta teoría, se ha diseñado un mapa de Sevilla en función de la esperanza de vida. Aquellas zonas con mortalidad muy alta se encuentran en los barrios más desfavorecidos, “con focos de vulnerabilidad y exclusión social”. Tres son las grandes áreas que presentan la esperanza de vida más reducida: Polígono Sur, Torreblanca y Tres Barrios-Amate. A ellas se añaden barrios situados al otro extremo de la ciudad, como Polígono Norte, San Jerónimo, La Bachillera y el poblado chabolista del Vacie.
Este asentamiento –que ha sido motivo de disputa política entre el nuevo gobierno local y el grupo principal de la oposición municipal– es el más antiguo de Europa. El análisis advierte que “sus niveles de marginalidad, manifestados en sus infraviviendas, la carencia de infraestructuras, la insalubridad de los terrenos o el analfabetismo de buena parte de sus habitantes, no son fácilmente reconocibles desde la definición espacial y estadística de las secciones censales”, motivos por los cuales no se ha incluido en los otros indicadores. Sí se hace en la esperanza de vida, “claramente inferior” a la del resto de la población. Los fondos de Edusi han permitido los últimos años, junto al trabajo de Servicios Sociales, disminuir la población que allí radica.
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