Patrimonio Histórico

Las Atarazanas acogerán el gran museo de arte contemporáneo de Sevilla

Camiones en las Atarazanas para los trabajos de rehabilitación que se están acometiendo.

Camiones en las Atarazanas para los trabajos de rehabilitación que se están acometiendo. / Juan Carlos Muñoz

Se trata con toda probabilidad de la mayor apuesta de la Junta relacionada con la gestión del patrimonio histórico desde la compra del Palacio de San Telmo, hoy sede de la Presidencia de la Comunidad Autónoma. Las Atarazanas serán el gran museo de arte contemporáneo de la ciudad. Todo se encamina a este objetivo innovador si se tiene en cuenta que los contenidos planteados para el edificio estuvieran vinculados a acentuar la relación de Sevilla con América.

La Consejería de Cultura ve en las Atarazanas de Sevilla la oportunidad de dar un impulso cultural a la ciudad. Por su consideración como capital de Andalucía, por su historia y vasto patrimonio, se parte de la base de que Sevilla debe tener una posición de referencia en la oferta de museos al nivel de grandes capitales como Londres, París, Berlín o Nueva York.

La ciudad cuenta ya con dos museos: el Arqueológico y Bellas Artes. Tradicionalmente están considerados como los segundos más importantes de España en sus materias tras el Arqueológico Nacional y el Prado, respectivamente. Con el cambio de rumbo sobre el futuro de las Atarazanas. 

Recreación del interior tras la obra Recreación del interior tras la obra

Recreación del interior tras la obra / M. G. (Sevilla)

Sevilla debe aspirar a un Museo de Arte Contemporáneo que se sitúe al mismo nivel que los dos ya referidos. Las Atarazanas se plantean como un espacio ideal para acoger el referido gran museo con una colección de gran nivel permanente y exposiciones temporales de los mejores artistas. La ciudad cuenta con el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) en la sede del monasterio de Santa María de las Cuevas de la Cartuja, pero ni siquiera tiene la consideración de museo a nivel administrativo. El gran problema es que su ubicación no es la idónea para atraer grandes cantidades de público.

Posibles firmas de artistas

Una selección de las mejores obras del CAAC se incorporarían al nuevo museo de la Atarazanas, además de contar con exposiciones de artistas del nivel, caso por ejemplo de Anish Kapur, Kondo (Georges Kondo), Jaume Plensa, Kusama, Takashi Murakami, Marina Abramovic, Rafa Macarrón, Mueck, Domingo Zapata o el andaluz Javier Calleja.

Todo ello se debe afrontar sin dar olvidar el pasado histórico de las Atarazanas y, por tanto, está previsto que se incluya un centro de interpretación que explique su construcción y evolución. Pocos edificios representan mejor la transformación de Sevilla durante ocho siglos, según muchos expertos. El edificio se concibió en la Edad Media como un astillero de las galeras reales que defendían el territorio castellano de las amenazas que venían del mar, especialmente los musulmanes del Mediterráneo. Más adelante, se convirtieron en un espacio de almacenamiento y fiscalización de los viajes de la Carrera de Indias. Y finalmente en un complejo hospitalario-asistencial y almacén de artillería para las guerras de España contra sus enemigos europeos.

Los Astilleros se han pasado más de veinte años inutilizados. Los sevillanos han visto cómo se degradaba paulatinamente uno de sus edificios históricos, así como el debate sobre los aspectos polémicos de su rehabilitación, prueba de que existe sensibilidad por el patrimonio de la ciudad.

La Junta firmó en 2009 un acuerdo de cesión del uso del inmueble por 75 años a CaixaBank. A cambio, la entidad bancaria reformaría el conjunto del siglo XIII para convertirlo en principio en un CaixaForum, en una suerte de apuesta de “diálogo con América”, objetivo que al final cambia por completo por el impuso decidido del actual gobierno regional del PP de acuerdo con la Fundación Cajasol que tiene encomendada la gestión de los contenidos culturales de las Atarazanas.

Operarios en el interior de los antiguos astilleros. Operarios en el interior de los antiguos astilleros.

Operarios en el interior de los antiguos astilleros. / Juan Carlos Muñoz

El cambio de rumbo no altera el proyecto de rehabilitación arquitectónica, que dirige Guillermo Vázquez Consuegra. El arquitecto ha apostado por abrir los arcos que dan a la calle Dos de Mayo y que unen el río Guadalquivir con el Archivo de Indias y la Catedral para crear así una plaza pública cubierta de cerca de 6.500 metros cuadrados.

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