La última 'guerra' de Conchita

Dicen que la mayor colecta de la historia la hicieron los argentinos para pagar la guerra de las Malvinas, aunque de ella se aprovecharan más quienes mandaban en las Fuerzas Armadas que los militares que pasaban hambre y frío en el frente. Todas las guerras son costosas, incluso las ganadas, y para financiarlas vale cualquier aporte, cualquier donación, cualquier cosa. Con esa filosofía se ha plantado en la calle una líder vecinal que sabe mucho de guerras, judiciales y políticas, que cuenta con un rosario de batallas ganadas a sus espaldas y que tiene una legión de fieles casi tan numerosa como su nómina de enemigos.

Es Concepción Rivas, Conchita, como le gusta que la llamen y como firma incluso sus artículos en La Voz de Los Bermejales, la revista de la asociación de vecinos que dirige desde hace 15 años, Bermejales 2000. Más soldado de trinchera que general de despacho, afronta ahora los costes de la guerra que ganó hace justo un año, cuando el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) dio la razón a los vecinos de Los Bermejales al anular el acuerdo entre el Ayuntamiento de Sevilla y la Comunidad Islámica de España para construir una mezquita en un solar del barrio.

Aquella victoria en los tribunales supuso a la asociación un coste de 9.000 euros. "Había que pagar abogados, procuradores, arquitectos que nos hicieron informes presentados al juzgado", explica la representante vecinal de Los Bermejales. Comoquiera que aún faltan por pagar 9.000 euros, Conchita ha optado por salir a la calle a pedir dinero. Lo ha hecho colocando huchas en distintos negocios del barrio, para que todo el que quiera colabore a saldar la deuda. La líder vecinal hace incluso un llamamiento desde la revista de la asociación. "Campaña cada vecino un euro. Aún tenemos pendiente la deuda del litigio de la mezquita. Todavía nos faltan 4.000 euros, ¡entre todos podemos!", aparece en un anuncio publicado en la página 3 de la revista, que se cierra con la frase que resume su postura de vencedora: "¡Valió la pena!".

Incluso ha abierto una cuenta corriente en una sucursal bancaria del barrio, denominada "Mezquita", para que quien quiera hacer una donación mayor, "bien identificándose o de forma anónima". La representante de los vecinos incluso apunta que las cuentas están a disposición de todo el que quiera consultar su estado, para evitar suspicacias. Ayer se pasó la mañana colocando huchas en peluquerías, tiendas de golosinas, zapaterías, cervecerías y otros comercios del barrio. Ahora tiene una nueva lucha en mente: que el pabellón de baloncesto que se pretende construir en el barrio se levante en un determinado solar y no en el destinado para uso dotacional y servicios básicos en el que se iba a ubicar la mezquita.