Un veterano político y figura clave de la Transición a la democracia

Durante muchos años fue la pareja política inseparable de Felipe González, con el que formó un tándem que los llevó a dirigir el Gobierno de España en una época clave de la historia de este país. Ahora, Alfonso Guerra vuelve a acompañar a Felipe al entrar en la galería de sevillanos ilustres que han recibido el premio Manuel Clavero. El veterano político ha sido distinguido con el prestigioso premio instaurado en 2012 por Diario de Sevilla y la Fundación Persán, y que este año cumple su décimotercera edición. En la entrega del premio, que tendrá lugar en un acto en septiembre, será precisamente Felipe González quien realizará la 'laudatio' de Alfonso Guerra.

En esta ocasión, el jurado del XIII premio Manuel Clavero –que ha estado presidido por Ignacio Martínez e integrado por Oliva Luque, Manuel Clavero Ternero, Luis Miguel Martín Rubio, José Aguilar y José Antonio Carrizosa– ha valorado la dilatada carrera política de Alfonso Guerra, que lo convierte en “una de las figuras clave de la reciente historia de España”. Especialmente, el jurado ha puesto de manifiesto el “papel destacado” que el político jugó en la Transición a la democracia y en el proceso de elaboración de la Constitución de 1978.

Y, en segundo lugar, también ha resaltado su “labor constante por la promoción y la difusión de la cultura y el vínculo que ha mantenido con Sevilla a lo largo de toda su trayectoria pública”.

Alfonso Guerra (Sevilla, 1940) fue vicesecretario general del PSOE entre los años 1979 y 1997, y vicepresidente del Gobierno entre 1982 y 1991, por lo que ha sido uno de los “políticos españoles más determinantes del último medio siglo”, subraya el acta del jurado del XIII Premio Manuel Clavero.

Criado en una familia modesta y muy numerosa, Alfonso Guerra cursó estudios de Ingeniería Técnica Industrial en la Escuela de Peritos de Sevilla, donde ejerció como profesor de Dibujo hasta el año 1975. Después completó su formación con la licenciatura en Filosofía y Letras en la Universidad de Sevilla, donde conoció a Felipe González y comenzó a desarrollar su activismo político.

En 1960 ingresó en las Juventudes Socialistas de Sevilla, y dos años más tarde se afilió al PSOE como militante de la Federación Socialista de Andalucía, de la que fue secretario hasta 1970. En aquellos años de clandestinidad política, Guerra, que respondía al sobrenombre de Andrés, fue junto a Felipe González uno de los protagonistas del XXIV Congreso del PSOE celebrado la ciudad francesa de Toulouse en 1970 y fue escenario de los primeros desacuerdos entre los llamados socialistas “históricos” –que vivían en el exilio– y los “renovadores” del interior del país.

En el Congreso de Suresnes, en 1974, se consolidó la nueva dirección del partido con Felipe González como secretario general, mientras que Alfonso Guerra fue elegido secretario de Información y Prensa y, dos años más tarde, en el XXVII Congreso, el primero celebrado en España desde la ilegalización del partido, ocupó la secretaría de Organización.

En septiembre de 1979, con motivo del Congreso extraordinario de Madrid, Guerra fue nombrado vicesecretario general del PSOE. Desde entonces y en los siguientes tres lustros, el político sevillano consolidó su posición como “número dos indiscutible del partido”.

Su trayectoria en la vida pública española comenzó con la elección como diputado por la circunscripción de Sevilla en las elecciones generales de 1977 y se prolongó de forma ininterrumpida en todas las legislaturas posteriores hasta 2015. Es el diputado que durante más tiempo ha representado a Sevilla en el Congreso.

Recordado como uno de los “oradores más polémicos, cáusticos, sagaces e incisivos” de la Cámara Baja, tras el triunfo del PSOE en los comicios de 1982, fue elegido vicepresidente del Gobierno en el primer gabinete socialista. En el Gobierno socialista, que abandonaría en 1991, realizó una importante labor de coordinación ministerial y tuvo una participación decisiva en hitos históricos de ese periodo como la planificación del referéndum de la OTAN, las relaciones con la Iglesia, la política educativa o las relaciones con China e Hispanoamérica. En el Congreso de los Diputados fue presidente de la Comisión Constitucional entre 2004 y 2011 y presidió también la de Presupuestos hasta 2014.

Declarado amante de la literatura en general y de la poesía, en particular, su pasión por las letras nació en su etapa universitaria, donde dirigió algunas obras teatrales para grupos independientes y fue director de “Esperpento”, que marcaría una época en el teatro independiente de Sevilla. Participó en el lanzamiento de revistas literarias, como “El Palaustre”, “La Trinchera” y la colección poética “El Bardo”. En 1969 fundó en Sevilla la librería Antonio Machado, punto de reunión de políticos e intelectuales. Autor de poemas, artículos y un buen número de obras políticas: Perspectivas de una España Democrática, El futuro del socialismo, El nuevo compromiso europeo, La democracia herida, Socialismo y cultura, etcétera.

Su compromiso humanístico ha sido reconocido con numerosas distinciones, entre ellas, la medalla de oro de la Universidad de Roma (1984) y el doctorado honoris causa, por la Universidad Federico Villarreal de Lima (1988). Sus memorias están recogidas en tres volúmenes publicados entre 2005 y 2015 con los títulos "Cuando el tiempo nos alcanza", "Dejando atrás los vientos" y "Una página difícil de arrancar". Su última y destacada contribución a la cultura sevillana y española ha sido el comisariado de la exposición ‘Los Machado, retrato de familia’, que con un impresionante acervo documental rompe los tópicos sobre el enfrentamiento entre los dos hermanos, que durante décadas fueron presentados como exponentes de las dos Españas.

El jurado del XIII premio Manuel Clavero considera que por todo ello "el nombre de Alfonso Guerra tiene sobrados merecimientos para unirse a la nómina de sevillanos ilustres que han sido galardonados" con este prestigioso galardón.