Cuando la bata del estudiante cotiza
"Hemos vuelto a la idea de que la mujer tiene que aguantarse y exagera"
Los invisibles · Amparo Díaz Ramos
. Esta abogada es un martillo jurídico en la atención a las víctimas de la violencia de género y en denunciar la pasividad de la Administración y de los 'entornos'.
AYER recibió uno de los premios Meridiana. Amparo Díaz Ramos (Sevilla, 1966) lleva dos décadas asistiendo a víctimas de la violencia machista.
-Cumplió 16 años el día que Felipe ganó las elecciones...
-Después le voté algunas veces. Soy un poco más de izquierdas que Felipe.
-En Alemania van a obligar a que haya un 30% de mujeres en los consejos de administración. En Italia, las ministras dejarán de ser ministros. ¿Poder o lenguaje?
-El lenguaje representa la realidad. No es neutro, es simbólico y es un instrumento de cambio. Hay que luchar para que el lenguaje haga visibles a las mujeres.
-¿El día de la Mujer Trabajadora no es un pleonasmo?
-Prefiero hablar del día de la Mujer a secas, pero no podemos olvidar que durante mucho tiempo la mujer no podía trabajar mas que en el ámbito privado.
-Después de los Goyas de La Isla Mínima, ¿hay situaciones como las de la película Solas?
-Todavía hay casos así. Hay situaciones muy parecidas a las de los monstruos que hemos visto en Austria o en Alemania. Hay casos de mujeres encerradas durante mucho tiempo que en apariencia son libres.
-¿La crisis acelera la crisis de las parejas?
-Cuando hay respeto, la conflictividad, porque el conflicto es inherente a la sociedad, complica la relación. Lo malo es cuando esos problemas (laborales, económicos, con los hijos) se convierten en violencia hacia la mujer. Y esa violencia ya no está en primera línea en las actuaciones del Gobierno central. Hemos vuelto a la idea de que la mujer tiene que aguantarse y es muy exagerada. Con el mito añadido de la mujer mentirosa. Además de débiles mentales, las mujeres son débiles morales, capaces de mentir. Al hombre siempre se le atribuye la presunción de inocencia, a la mujer la de mentir.
-¿Hemos pasado de la disolución de los cuerpos represivos a la de los cuerpos reprimidos?
-Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado es el colectivo que más se ha transformado en la lucha contra la violencia de género a nivel institucional. En los casos concretos, una mujer que denuncia si se siente abandonada se sale del circuito asistencial.
-Estudió Victimología. ¿Toda verdugo fue antes una víctima?
-No lo creo. Pero sí hay que corregir esa violencia para evitarlo.
-¿Qué la llevó a esta materia?
-Yo era una abogada que cumplía la ley y defendía a mis clientes hasta que en 1997 me llegó un caso que me cambió por completo. Una mujer había denunciado malos tratos y temía que le pasara algo a sus hijos. La Administración de Justicia no se lo tomó en serio y el caso terminó con la muerte de su niña de tres años. Pasé de abogada a una abogada activista.
-¿Qué le parecen los insultos corales a la ex compañera de un futbolista del Betis?
-Si la persona denunciada tiene cierto poder su entorno o incluso personas que no lo conocen se ponen de su parte. Algo parecido ocurre en el acoso laboral. El entorno del compañero denunciado tiende a quitarle importancia para evitar molestias. Lo vemos en los colegios. A las que sufren algún tipo de acoso se las anima a que perdonen pero sin que se les pida perdón; que olviden sin atenderlas en la profundidad de su dolor. Muchas veces terminan abandonando el centro escolar mientras que el agresor o abusador se mantiene intacto.
-¿La familia ayuda o desayuda?
-Es un elemento protector muy positivo. Pero otras veces, tíos yabuelos tapan la violencia para defender al agresor y dejan desprotegidos a sus sobrinos o nietos. No tienen capacidad emocional o cultural para hacer otra cosa.
-¿La ley no es suficiente?
-En el marco legal hemos avanzado muchísimo. En la realidad no. Hay diferencias muy llamativas de una ciudad a otra en la interpretación de la guarda y custodia compartida. No hay una definición ni siquiera descriptiva de la violencia psicológica.
-¿Es machismo dudar de la capacidad de Alaya para llevar tantos asuntos?
-Hay que valorar su trabajo exactamente igual que si fuera un juez, no por su aspecto. Pero es que lleva lo más grande.
-¿Y las nuevas tecnologías?
-Hay que darle una solución a la ciberviolencia de género. Todo empieza con una relación de amor y como prueba de amor el chico le pide una imagen íntima. Entramos en casos de extorsión sexual, lo llamamos sextorsión.Tienen una relación sexual y la graban. Si el juez o la jueza ven las imágenes ven la actividad física de la sexualidad entre dos personas. Pero no es una relación libre. Si la chica no participa él la amenaza con difundir por internet su imagen desnuda o la grabación de una relación previa.
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