Barcelona-Sevilla

Análisis Barcelona - Sevilla | Pregonar seda y presentar esparto

Rakitic, Bryan Gil y Bono aplaude a los aficionados sevillistas en el Camp Nou.

Rakitic, Bryan Gil y Bono aplaude a los aficionados sevillistas en el Camp Nou. / Toni Albir / Efe

Es un partido en el que todo se hace más evidente, pero, claro, un rival como el Barça magnifica la cuestión. Sampaoli pregona un futbol “protagónico”, de seda, que no entiende de que un pase no vaya a un compañero, que vive más en campo contrario que en el propio, pero a la hora de la verdad presenta otra cosa bien distinta. Pero así ha sido en el Camp Nou, donde cayó con estrépito, y también en Vigo, donde empató, o en Mallorca, donde ganó con un golazo de Gudelj.

Sampaoli planteó un partido ultradefensivo. Renunció al ataque y al contraataque. No ya sin salir a presionar en campo contrario, sino con los diez jugadores de campo agazapados en 20 metros por encima del borde del área. Porque ni el repliegue lo hace correctamente, pues en ese afán por mantener las líneas juntas la defensa basculaba muy adelantada y tarde o temprano el Barça iba a buscar la espalda. Dos de los tres goles llegaron por el recurso de los de Xavi de romper al espacio entre Bono y la línea defensiva, casi siempre de dentro hacia fuera, a los costados.

El Sevilla ni se preocupó, de salida, de pisar el área rival, ni con balón ni sin balón, ni buscó alterar algo cuando Busquets se iba lesionado a los seis minutos. Con jugadores como Ocampos y Bryan Gil que podían aprovechar un robo y pillar al Barça en un renuncio, Sampaoli escogió un cuarteto de centrocampistas para compensar aquello de lo que se ha hablado en toda España desde el partido del Barça ante el Betis. ¿Cuatro centrompistas?, pues cuatro centrocampistas para taparlos. Jordán, Gueye, Óliver y Rakitic formaban esa segunda línea en el 5-4-1 renunciando a las bandas y al mínimo intento de salir y desplegarse.

No hay en España un equipo que sea tan descaradamente defensivo. Cualquier equipo de la zona baja de los que han visitado el Camp Nou tuvieron algún momento de estirarse e inquietar a una defensa que no es infalible.

Defensa

Sampaoli metió al equipo no sólo en campo propio, sino diez metros por detrás de la línea divisoria. Nada de salir a presionar arriba (sólo amagó diez minutos antes del descanso en reinicios del Barça), pero dejando mucho espacio a la espalda de la defensa, lo que el Barcelona buscó explotar desde el minuto uno.

Evidentemente, la entrada de Gueye dio frescura en esa labor de convertir el fútbol en esparto, aunque se pregone seda y “relaciones socioafectivas”. Todo era cuestión de tiempo y por los costados, sobre todo tras la lesión de Acuña, el Barça halló huecos.

Ya con el marcador en contra, quiso Sampaoli sumar un jugador más por delante, aunque sólo con balón, pues en fase defensiva volvían a ser cinco atrás con Jordán.

Ataque

Renunció a él de salida. Los índices de posesión de la primera parte fueron del 10% –el resto, lógicamente, para el Barça– y no sólo era imposible mirar a portería, sino pisar área rival. Con Bryan Gil yOcampos ya sí hubo algo de presencia. El barbateño fue el primero que pisó área con balón y el argentino el que hizo el primer remate, en el minuto 88.

Virtudes

Llegó a parecer que aguantaría.

Talón de Aquiles

Planteamiento de equipo enano.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios