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Efeméride: 40 años del doblete de Bertoni ante la invicta Real Sociedad

  • El argentino se rebeló ante la injusta expulsión de Juan Carlos y Blanco y privó al equipo de Ormaechea de ganar la Liga en 1980, aunque la ganaría las dos campañas siguientes

Bertoni y Scotta, en el Ramón Sánchez-Pizjuán, temporada 78-79.

Bertoni y Scotta, en el Ramón Sánchez-Pizjuán, temporada 78-79. / SFC

Dicen que Daniel Bertoni fue el último wing derecho de Argentina. Letal, potente, hábil, veloz y con un remate impresionante, formó parte de los años dorados de Independiente junto a Ricardo Bochini y fue campeón del Mundo en 1978. Pero, en España, sobre todo en San Sebastián, aún le recuerdan por otro motivo: sus dos goles en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.

El 11 de mayo de 1980, justo hace 40 años, Bertoni mandó a la lona a un equipo que rozó la hazaña de acabar con el reinado del Real Madrid en la Liga. La Real Sociedad, que empezó a finales de los años 70 a escribir las páginas más gloriosas de su historia, sucumbió ante el hábil jugador argentino.

Nombres como Arconada, Satrústegui, López Ufarte, Gajate, Zamora, Perico Alonso y Górriz se quedaron sin un título que habría hecho justicia a una temporada espectacular de la Real Sociedad, que hasta la penúltima jornada del curso 1979-80 no había perdido ningún partido.

Lo hizo en el momento más inoportuno. Cayó 2-1, cuando era líder, restaban sólo dos jornadas y tenía al Real Madrid por detrás. Un empate en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán le bastaba para depender de sí mismo en el último encuentro que debía disputar en el viejo Atocha contra el Atlético de Madrid.

Sin embargo, los astros se alinearon para el Real Madrid, que el domingo 11 de mayo jugó lejos del Santiago Bernabéu ante Las Palmas esperando un tropiezo de su rival que parecía imposible.

La Real Sociedad, que sumaba 32 partidos consecutivos sin perder, se jugaba prácticamente todo el título en sólo 90 minutos. Górriz, que no jugó el partido porque se quedó fuera de la convocatoria, vivió en sus propias carnes la decepción de todos sus aficionados. Sus recuerdos de aquel día tienen un punto de vista especial. Muchos hablan de las lágrimas de Arconada tras la derrota, pero casi nadie ha contado las sensaciones de la afición que esperaba noticias en San Sebastián.

"Era domingo por la tarde. Hacía un buen día, estábamos en la calle, en una campa. Todo el mundo estaba pendiente. Veías a las familias, a los niños corriendo, a las madres y a los padres escuchando el partido. Por eso fue un palo gordo, porque me di cuenta de la decepción de los aficionados. Lo vi. Sufrieron lo que no fuimos capaces de darles", explica Górriz a EFE.

López Ufarte, uno de los hombres clave de la Real Sociedad, tampoco pudo participar en el duelo. Encerrado en la habitación de un hospital por un cólico nefrítico, fue un aficionado más que lamentó la derrota a través de la radio. Su ausencia, según Górriz, fue clave.

¿Pero a qué Sevilla se enfrentaba la Real Sociedad? Ni más ni menos que a un equipo que dirigía Miguel Muñoz, un madridista reconocido y que contaba con un grupo de jugadores que en el curso 1979-80 no había cumplido con todas las expectativas. En la octava plaza, ya no se jugaba nada en la penúltima jornada. Simplemente, el honor.

Entre toda la plantilla del Sevilla destacaba Bertoni. Fue fichado el curso anterior justo antes del inicio del Mundial de Argentina 1978. Él mismo marcó el primer gol de su selección en el campeonato y el último en la final frente a Holanda. Fue un fichajazo del Sevilla, que dio un paso al frente con la adquisición de una estrella. Pagó 75 millones de la época y se convirtió en la compra más cara del club sufragada en parte con bonos de suscripción popular.

Bertoni reside en Quilmes, ciudad de la provincia de Buenos Aires. Por teléfono, atiende a EFE para recordar aquel día en el que se convirtió en villano para una ciudad. No le importa. Para él, fue una buena tarde: "Es importante haber pasado a la historia del Sevilla por haberles roto la imbatibilidad y evitar que ganaran la Liga. Eran un equipo a la altura del Madrid y del Barcelona", afirma.

El partido fue un cúmulo de desdichas para la Real Sociedad, que empezó perdiendo con un tanto a los 30 minutos, el primero de Bertoni, que necesitó dos remates para batir a Arconada. Como después afirmó Miguel Muñoz tras el choque, la Real jugó un encuentro con "nerviosismo" y con "pocas ambiciones".

Górriz niega que el cuadro vasco no tuviera ambición aquel día. Pero sí reconoce falta de madurez y experiencia para lidiar con un duelo tan importante para un grupo de jugadores bastante jóvenes. Sin embargo, todos recuerdan esa derrota en Sevilla, pero nadie observa los 14 empates que cosechó el equipo de Alberto Ormaechea a lo largo de la Liga.

"Esos empates, que muchos no hablan de ello, fueron muchos partidos en los que quizá con más experiencia y con más fortaleza habríamos conseguido algún punto más. En Sevilla, quizá por no tener esa madurez de creértelo, jugamos con un poco de miedo. Aquel equipo, de las 15 temporadas que estuve en la Real, creo que fue el más sólido", apunta Górriz.

A ese tanto de Bertoni contestó la Real Sociedad en el minuto 65 con un remate de Zamora tras un cabezazo de Satrústegui que acabó con los jugadores del Sevilla Juan Carlos y Blanco expulsados. El linier levantó la banderilla señalando fuera de juego posicional, el árbitro, Emilio Soriano Aladrén, ni siquiera consultó a su ayudante y señaló gol. Blanco y Juan Carlos protestaron tan airadamente, que recibieron dos tarjetas amarillas cada uno.

Con un par de jugadores más y con el empate bajo el brazo, la Real Sociedad tenía todo hecho para jugarse el título en casa dependiendo de sí misma. Sin embargo, el público del Ramón Sánchez-Pizjuán, que aplaudió a su rival al inicio, se volcó con el Sevilla tras las expulsiones. Y, el cuadro andaluz, jugó con más rabia que nunca.

"Teníamos en la mano todo para jugarnos la Liga en casa. Pero aquello espoleó al Sevilla mientras pensábamos que el partido estaba donde queríamos. A falta de diez minutos pensábamos lo que teníamos hecho y pasó lo que pasó. Nos sirvió como lección pero sufrimos en nuestras carnes lo que es el fútbol y lo que es la vida".

Lo que pasó es que apareció de nuevo Bertoni para firmar su tanto número quince del campeonato. En esta ocasión, en el minuto 83, aprovechó un regalo de un defensa de la Real para batir a Arconada con un grandísimo disparo. Entonces, en ese momento, se convirtió en el villano oficial de la época para los seguidores del conjunto vasco. Pocos le olvidan.

El año siguiente, Bertoni fichó por el Fiorentina. Cuando la Real ganó su primera Liga, recibió un mensaje: "Me llamaron los periodistas de Sevilla para decirme que la Real había salido campeón y que varios jugadores dijeron que me dedicaban el título a mí, a Daniel Bertoni. Se les había quedado el resquemor de no haber podido ganar la Liga una temporada antes, cuando lo tenían casi hecho".

Górriz reconoce que por San Sebastián, 40 años después, los que vivieron aquella época no olvidan al argentino: "Un día, hablaron de hacer un partido de veteranos con una selección de jugadores de fuera. Hablaron de Bertoni. Y lo comentaron... 'hostia, es el que nos jodió la Liga'. Marcó los dos goles y es un nombre que aquí en San Sebastián no se va a olvidar nunca".

Pero de aquel partido, aún queda por resolver otro asunto. El Real Madrid, que finalmente ganó a Las Palmas y luego cumplió en la última jornada para proclamarse campeón, pudo haber primado al Sevilla para ganar. En Sevilla y en San Sebastián siempre se ha hablado de aquello. Bertoni, no desvela nada; y Górriz tiene una opinión sobre ese tipo de premios.

"Ganar para nosotros ese día era muy importante para pasar a la historia. Luego hubo muchas suspicacias, se dijo que el Madrid nos incentivó. Nuestro incentivo era ganar. Haber hecho dos goles fue un salto hacia el cariño de la gente del Sevilla", manifiesta Bertoni.

"A mí no me parece mal el hecho de que el Sevilla pudiera estar primado. O incluso el Sporting la temporada siguiente contra nosotros. Al fin y al cabo, era su obligación intentar ganarnos. Tenían un buen equipo y lo consiguieron. ¿Qué luego tuvieron más premio económico? No puede ser muy ético pero tampoco me parece mal. No admitiría jamás que te ofrecieran algo por perder o por perjudicar a alguien", confiesa Gorriz.

Al final, con prima o sin ella, Bertoni gozó con una victoria que "el sevillismo nunca olvidará". La Real se redimiría en las dos temporadas siguientes, con dos títulos consecutivos que pasaron a la historia. Pero aquel 11 de mayo de 1980, el argentino entró en la leyenda negra del club donostiarra, que durante 90 minutos pasó de la gloria a la decepción por culpa de dos golazos de un jugador argentino inolvidable.

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