Todavía fresca la derrota y la pésima imagen que hace un año (el 2 de febrero) dejaba el Sevilla de Pablo Machín en Balaídos (1-0), el equipo nervionense se ve obligado a reaccionar en uno de los estadios que peor se le han dado en la historia de la Liga.

La derrota de la temporada pasada, de un Sevilla también cuarto como ahora y Celta igualmente en puesto de descenso y sin Aspas por lesión, marcó el rumbo negativo del proyecto del soriano y Caparrós. Pero es que el Sevilla no gana en Vigo desde la temporada 2016-17 (0-3), cuando Iborra firmó un hat-trick y le dio los tres puntos a los de Sampaoli.

La campaña anterior fue peor aún, pues la cita tocó en abril, en la época de Montella en el banquillo y con el italiano el Sevilla recibió varias goleadas sonrojantes y una de ellas fue en Vigo, un 4-0 con tres goles de Iago Aspas y uno de Arana en propia puerta.

De hecho, antes del 0-3 de Iborra, hay que remontarse a diez años antes, a la mágica temporada 2006-07, para encontrar otro triunfo de los blancos, en aquella ocasión con Juande Ramos al frente y con goles de Poulsen y Adriano.

El Sevilla sólo ha ganado en la Liga nueve encuentros en terreno vigués, donde ha caído en 27 ocasiones. Es más, según la estadísticas de encuentros oficiales entre ambos equipos (ya entrarían en casa y fuera) el Sevilla es el segundo equipo con el que el Celta ha sumado más victorias, un total de 45.