Desde mi córner
  • El anacrónico dibujo de Sampaoli debe quedar sólo como anécdota con aspecto de baldón

Prohibido repetir la imagen del Camp Nou

DESDE aquella Real Sociedad de Benito Díaz no se veía un cerrojazo como el que diseñó Jorge Sampaoli en aras de ir al asalto del Camp Nou. Absolutamente fuera de época el dibujo del argentino, como un castillo de naipes que volaría por los aires al primer empellón. Y la verdad es que la integridad del equipo dio para casi una hora de duración, pero eso se veía venir, pues el edificio estaba sustentando sobre un terreno arenoso.

Son malos tiempos para la lírica sevillista, pero eso es una cosa y dar la sensación de tieso que ofrecía el planteamiento de su entrenador otra muy distinta. La imagen de equipo menor en un campo donde al propietario le cuesta y en el que hasta pescaron Rayo y Espanyol no contribuye a aumentar el crédito de Sampaoli. Y el caso es que hasta el gol de Jordi Alba podía soportarse esa imagen de equipo acomplejado y carente de un mínimo de posibilidades de hacer daño.

Los triunfos sobre Cádiz y Elche abrieron la espita de la ilusión, pero en el Camp Nou han recibido una sobredosis de realidad. Colocarse nuevamente en el brocal del temido pozo sólo se alivia sabiendo que ya no tendrá que enfrentarse más al Barça y que, por tanto, no se verá obligado Sampaoli a repetir el diseño. Demasiados pesos muertos en un plantel confeccionado mediante una torpeza extraordinaria para haber cambiado el objetivo de forma tan radical.

Y tras la pesadilla en Can Barça, un futuro que habrá de afrontar bajo la base de que no sólo basta con Bono. El marroquí roza lo milagroso hasta que lo fusilan tan vendido como lo fusilaron Alba, Gavi y Raphinha. Tras la visita al dentista (Caparrós dixit) deben venir tiempos menos procelosos, pero el sábado llega un Mallorca que de la mano de Javier Aguirre sabe a qué juega y de qué forma se incordia más al rival, conque toca apretarse los machos, Sevilla F.C.

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