La irrupción de Youssef En-Nesyri en el equipo del Sevilla en los dos ratos que ha jugado, en el Bernabéu ante el Real Madrid y en la Copa frente al Levante, ha ilusionado a una afición siempre dada a verle cosas interesantes y detalles a los recién llegados. La opinión de los profesionales –de puertas para dentro lógicamente– suele ser distinta. Julen Lopetegui, por ejemplo, no fue muy explícito con los elogios tras lo ofrecido por el marroquí en la Copa el martes. “Ha entrado en un momento bueno, había espacios, ha hecho un par de acciones buenas, tiene potencia al espacio, ha intentado una chilena... Lástima que no ha encontrado el gol”, se limitó a decir el guipuzcoano.

Y es que el técnico, pese a los elogios generalizados, espera mucho más de un jugador que ha supuesto un alto coste y que debe ayudar de verdad y sin esperas al equipo a hacer goles. Y ahí En-Nesyri no ha demostrado acierto.

En los dos ratos que ha jugado ante el Real Madrid y frente al Levante ha tenido hasta cuatro ocasiones más o menos claras de gol en las que su definición no fue buena. Es más, en dos de ellas eligió un remate contranatura por no utilizar la pierna derecha cuando era la acción motora que pedía la jugada. Fue en la opción de marcar que tuvo ante el Real Madrid, en la que lanzó muy desviado y fuerte con la izquierda, y en una de las que tuvo el martes, cuando el balón se le quedó atrás escorado a la derecha ante la salida del portero y no se atrevió a rematar con su pierna no dominante.

Sin embargo, el ex delantero del Leganés sí ha demostrado mucha potencia y velocidad al espacio, aptitudes que le van a dar mucho dinamismo al ataque del Sevilla, aparte de que tiene facilidad para buscar dónde cae el balón y dónde aparecen las ocasiones. Eso sí, en Madrid su entrada obligó a Lopetegui a hacer una leve variante en su esquema al jugar unos minutos junto a De Jong, que curiosamente ha empezado a convencer algo a la afición coincidiendo con la llegada de su competencia.