Sampaoli lo planteó agudo en el medio y romo arriba

Osasuna-Sevilla | Informe técnico

El entrenador argentino lastró de salida el fluido juego de la medular con su invento de Rafa Mir en la banda siniestra

Cuando los cambios le dieron otra vida con el 1-1, reincidió con Lamela en ese costado

La crónica del Osasuna-Sevilla (2-1)

Sampaoli: "Jugamos como un equipo grande, pero sin contundencia"

Los jugadores del Sevilla, uno por uno

En-Nesyri remate el gol del empate del Sevilla.
En-Nesyri remate el gol del empate del Sevilla. / Jesús Diges | Efe

Jorge Sampaoli está logrando poco a poco que su equipo sea mejor equipo de fútbol. Pero mantiene su propensión a ciertas extravagancias, caprichos difíciles de justificar que le salen caros. En Pamplona planteó un buen partido, la primera parte fue de mando y cierta profundidad, pero si a jugadores ya de por sí limitados los colocas en terrenos aún más dificultosos, mal asunto en un duelo tan cerrado. Pudo corregir lo de Rafa Mir a la izquierda en el descanso y no lo hizo. Mientras, Arrasate vio que Kike García no tenía su día, que Chimy no podía con Acuña y movió ficha: llegó el 1-0. Sampaoli se la devolvió al dar entrada a Suso y En-Nesyri, pero cuando el Sevilla estaba más cómodo en la prórroga, volvió a desenfocar su vista a la izquierda: ¿a qué viene Lamela ahí, en conducciones forzadísimas y sin tiro? Condicionó mucho el juego. Mejor Óliver por ahí y el argentino a la derecha para aprovechar su tiro. Pero no.

Defensa

La posición mixta de Gudelj fue un acierto en la primera mitad. El serbio se incrustaba como un tercer central cuando tocaba un repliegue y defensa posicional, que fue muy poco tiempo dado el dominio sevillista. Y parte de la responsabilidad de que el balcánico actuara más minutos en la zona ancha fue precisamente de él. De su criterio en la salida aseada del balón y la claridad para triangular. Sí, el equipo de Sampaoli, cada vez más armado conforme juega partidos, defendió como mejor se puede, con la pelota.

La única amenaza real en la primera mitad fue una aparición esporádica de Moi Gómez (tanto él como Aimar Oroz estuvieron muy difuminados, al no encontrar el balón para tejer su juego en corto) que acabó en un centro tenso y peligroso al segundo palo, en el que Kike Barja se adelantó a Montiel y cabeceó con todo a favor. Afortunadamente para los sevillistas, el extremo tiene la testa más para crear que para golpear y remató muy desviado.

La entrada de Rubén García y Abde aceleró a Osasuna por fuera y con el Chimy por dentro fue más afilado. Ahí Gudelj y Badé lo pasaron peor.

Ataque

Con Gudelj respaldando a Joan Jordán y Rakitic en la medular, también agradeció el juego colectivo del Sevilla el esfuerzo de Lamela y Ocampos por dar transición a ese toque fluido en la zona ancha que impuso el equipo de blanco en El Sadar. Incluso Montiel se abrió y desdobló al principio por la derecha. Pero la formación de Sampaoli fue un canto a la candidez, personalizada en Lamela. El argentino tuvo varias acciones para colarse como un puñal hasta el área y no tuvo una lectura adecuada de las jugadas.

Con todo, lo que realmente chirrió fue Rafa Mir por la izquierda. Torpe en controles y conducciones y sin aprovechar un par de situaciones de remate ventajosas en el área, sobre todo un balón ante Sergio Herrera que remató con la derecha cuando estaba perfilado para hacerlo con la izquierda.

Virtudes

La competividad va a más con el plan de juego.

Talón de Aquiles

Esos caprichos puntuales de Sampaoli lastran más un ataque ya de por sí limitado.

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