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¿Cuándo llegará el tranvía de Nervión a Luis de Morales?

Emery inspiró el contragolpe como arma

Sevilla - Villarreal | Contracrónica

El polémico penalti del joven Foyth acomodó al Sevilla a un partido más práctico que vistoso en el que Bono, Ocampos y En-Nesyri fueron claves

Lopetegui y Emery dialogan cordialmente antes del encuentro en el Ramón Sánchez-Pizjuán. / Antonio Pizarro

Unai Emery levantó un monumento de plata, en forma de triplete de la Europa League, haciendo del fútbol directo, la estrategia y el contragolpe una panoplia ofensiva temible. La Champions le marcó su techo, también porque su Sevilla cayó en el grupo más duro que se recuerda: Juventus, Manchester City y Borussia Mönchengladbach terminaron de conformar un cuadro con las cuatro grandes ligas europeas representadas. La segunda vez que clasificó al Sevilla para la Champions, de nuevo vía Liga Europa, incumplió su promesa de disfrutarla juntos. El PSG surgió para dar por concluido su ciclo. Ayer volvió a Nervión y, en parte, recibió una dosis de su medicina.

El análisis podría haber sido otro si no hubiese mediado la meticulosa y rigorista nueva visión que el VAR ha imbuido en el arbitraje español. La mano inocente –intención sí que tuvo, otra cosa es que llegara a rozar el disparo alto de Acuña– fue del joven Foyth, un central argentino de 22 años que Emery está usando como medio centro desde la grave lesión de Iborra, aquel mediocampista que el de Fuenterrabía convirtió en un mediapunta sobre el que construir su fútbol directo. Hasta su padre, Juan Emery (q.s.g.h.), que murió en vísperas de un Celta-Sevilla, lo reconvino cuando vio el desastroso juego de su equipo la primera vez que experimentó con Iborra de mediapunta, en Lieja. Pero, erre que erre, se salió con la suya.

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Vídeo Resumen del Sevilla Villarreal

Igual que Iborra fue un inopinado icono goleador de aquel Sevilla, En-Nesyri va para insospechado máximo goleador del Sevilla de Lopetegui. Nueve goles lleva ya el espigado delantero marroquí, que usó el contragolpe para infligir al Villarreal la segunda derrota de la temporada. El despeje orientado de Diego Carlos, tras solventar un ataque peligroso de los amarillos casi en la cocina de Bono, fue aprovechado por Ocampos para hostigar y robar a Rubén Peña. Y el argentino, ahora sí, lanzó un perfecto pase al espacio sobre el que cabalgó En-Nesyri con la confianza que otras veces le faltó y que ya le da ese marchamo de primer artillero del Sevilla.

Lopetegui ganó al contragolpe en Mestalla, con un pase medido de Joan Jordán a Suso. Y ha vuelto a ganar al contragolpe otro partido en el que Bono tuvo que erigirse en salvador de los suyos cuando más apretó el Villarreal, sobre la media hora de la segunda parte. Entre los minutos 73 y 75 lució su mejor repertorio: a contrapié le sacó un disparo envenenado a Pedraza, que había hecho un roto desde la izquierda; también despejó por arriba un disparo certero de Chukwueze;y de nuevo metió su pie a un despeje hacia puerta de Fernando en otro eslalon profundo de Pedraza. Mantuvo la firmeza de un Sevilla que especuló con el partido, asiéndose al triunfo con pragmatismo, como si Emery hubiese inspirado a Lopetegui...

Acuña volcó hacia la izquierda la fuerza de las alas

El estado físico de Jesús Navas, de una parte, el alto ritmo que superó a Suso de otra, y el gran partido de Acuña, por el otro flanco, volcaron los mejores ataques del Sevilla hacia la banda izquierda. Allí Ocampos fue decisivo en las dos jugadas que definieron el partido. Del lateral y el extremo argentino surgió la jugada del penalti por manos de Foyth, que ejecutó con su habitual frialdad Ocampos. Acuña cerró su banda y dio salida o escondió el balón para desesperación de Gerard Moreno, Moi Gómez o Rubén Peña. El lateral diestro del Villarreal se durmió ante el insaciable Ocampos y su error propició el 2-0 definitivo.

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