Sevilla FC

El bucle de Ocampos y el Barça

Ocampos, en su regreso a los entrenamientos este lunes.

Ocampos, en su regreso a los entrenamientos este lunes. / Antonio Pizarro

Hay futbolistas que viven situaciones que se repiten relacionadas con algunos rivales, con algunos estadios y con las lesiones. Lucas Ocampos se convirtió en el regreso ayer lunes a los entrenamientos en el protagonista en el Sevilla al volver al grupo después de varios meses. El argentino, que llegó con fuerza al Ramón Sánchez-Pizjuán y se convirtió en su primera temporada en el máximo goleador del equipo y en uno de los puntales y activos deportivos y económicos de la entidad y candidato a ser vendido a un club grande de Europa, ha pasado por meses difíciles.

La inoportuna lesión por la entrada de Djené en el Sevilla-Getafe, su fallo en el penalti ante el Barcelona que pudo meter al equipo de Julen Lopetegui en la final de la Copa del Rey, verse fuera en el último momento de la lista de Argentina para la Copa América que precisamente ganó la albiceleste en territorio brasileño, una nueva lesión que aún no le ha permitido debutar en la presente temporada...

El de Quilmes arranca ahora, con el objetivo entre ceja y ceja de ser ese futbolista que encandiló y sorprendió en la Liga procedente del Marsella, otro conejito sacado de la chistera de Monchi y un purasangre todo corazón y potencia cuyas arrancadas eran imposibles de frenar con campo por delante y el balón al espacio.

Ahora, con la visita del Barcelona en el horizonte, Ocampos parece vivir un Deja vù, aunque seguro que habrá aprendido la lección. No estará Messi enfrente, su padre en la selección, su ojito derecho desde su debut internacional en Dortmund, donde sorprendió a todo el país y al propio Leo. “Con jugadores como Lucas el futuro de la selección está garantizado”, dijo el diez aquella noche. Y eso que el sevillista sólo había jugado 45 minutos ante la poderosa Alemania.

Hay quien dice que Ocampos es el as guardado en la manga de Lopetegui para enfrentarse al Barcelona, el rival que aparecía en las pesadillas del argentino allá por el mes de febrero, cuando por las noches lo despertaba un intenso dolor en el tobillo. De cuatro duelos que disputó el Sevilla ante el Barcelona, Ocampos se perdió dos y uno lo jugó mermado. La entrada de Djené dejó al Sevilla sin el potro de Quilmes cuando más lo necesitaba, cuando llegaba el Dortmund y cuando el sorteo de Copa puso al Barcelona entre el Sevilla y la final. Forzó Ocampos para volver en el Camp Nou en el partido de vuelta y quizá aún no estaba para ello. Le tenía reservado el destino ese mal lanzamiento ante Ter Stegen desde donde nunca fallaba, desde los once metros.

Su lesión de ahora ha sido un enigma reconocido por el propio Monchi, que abiertamente reconoce su actitud bilardista a la hora de dar ni una pista al rival. Su misión ahora es buscar un hueco en el once, donde Óscar Rodríguez ha llegado en buena forma de la pretemporada y donde Lamela tampoco ha querido esperar mucho para destacar. Llega el Barça y a Ocampos se le eriza la piel.

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