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Los consejeros del Sevilla denuncian las pintadas por incitación al odio y amenazas

"Fuera okupas", una de las pintadas aparecidas en las oficinas particulares de Castro en Nervión.

"Fuera okupas", una de las pintadas aparecidas en las oficinas particulares de Castro en Nervión. / M.G.

José Castro, José María del Nido Carrasco y Carolina Alés han denunciado este sábado, en el Juzgado de Guardia, las pintadas con amenazas contra los tres miembros del consejo de administración en sus oficinas o domicilios. Entre el viernes y el sábado han aparecido pintadas contra Castro, Del Nido Carrasco y Alés, con amenazas como "empieza la guerra", "fuera okupas", o "game over". Incluso una dirigida al presidente del club en su domicilio de "muérete".

Entre las pintadas llamaba la atención la aparecida en la oficina de Carolina Alés, cuyo nombre aparecía en medio de un punto de mira. La hija de Roberto Alés, y representante de su familia en Sevillistas de Nervión y en el consejo, ya se vio implicada tras el Sevilla-PSV en un tumulto con jóvenes que la intimidaron y amenazaron en tono desabrido fuera del estadio, hecho que condenó el Sevilla.

Ahora son los propios agredidos por estas amenazas quienes han dado un paso más, al personarse como denunciantes de forma conjunta en el Juzgado de Guardia. En la denuncia acusan a los autores de las pintadas de presuntos delitos tipificados en el Código Penal, como amenazas, injurias, coacciones e incitación al odio. Delitos de gravedad.

Todo esto llega en vísperas de la Junta General de Accionistas del próximo lunes y tras la eliminación del Sevilla de la Champions a manos del PSV. El clima de tensión va a más desde que fueran rechazadas las medidas cautelares solicitas por José María del Nido Benavente, y hay muchos opositores extremistas de Castro y Del Nido Carrasco que están usando ese mismo tono amenazante contra los actuales consejeros, a los que llaman okupas, en las redes sociales.

Algunos de esos partidarios extremistas incluso habían avisado por la red social X de que iba a "empezar la guerra" y de que la ciudad iba a amanecer "muy bonita", lo que hace sospechar de una campaña orquestada y no de hechos aislados de jóvenes descerebrados.

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