Julen Lopetegui ha hecho del Sevilla un equipo sólido, reconocible, muy bien trabajado táctica y físicamente. Y eso ha redundado positivamente en un dato que ilustra sobre cómo vigila el entrenador del Sevilla hasta el último detalle, como el control de las emociones durante los partidos. En los 50 encuentros oficiales que ha disputado su equipo hasta ahora sólo ha sufrido una expulsión. El contraste con las precedentes temporadas es tremendo.

El Sevilla de Lopetegui, el de la cuarta mejor puntuación histórica (70), el de los récords como los 17 partidos consecutivos invictos y las seis únicas derrotas en 38 jornadas ligueras, sólo ha padecido la expulsión por doble amarilla de Ocampos. Fue en el minuto 90 y pico del Valladolid-Sevilla y no afectó al marcador, el 0-1 con el que controló el partido el equipo de Lopetegui desde la primera parte.

Fue también una expulsión discutible, porque Ocampos se las vio ese día con el lateral Nacho y la primera amarilla fue por una pequeña discusión. Y la segunda fue por una falta del jugador del Valladolid al argentino que Prieto Iglesias pitó al contrario. Protestó y vio la segunda. Le cayeron tres partidos de sanción: uno por la expulsión y otra por decirle "sos un caradura" al colegiado navarro.

El contraste con anteriores temporadas habla muy bien de cómo gestiona Lopetegui todos los detalles, de cómo está de bien plantado el equipo en el campo, tácticamente, y de cómo ha finalizado físicamente. Porque la media de las cuatro anteriores temporadas, con todo tipo de entrenadores, desde la última de Unai Emery a las dos veces de Joaquín Caparrós, pasando por Jorge Sampaoli, Eduardo Berizzo y Pablo Machín, era de más de ocho expulsiones por temporada. Una auténtica barbaridad que frustró más de un partido.

En la temporada 15-16, por ejemplo, el Sevilla sufrió en total 13 expulsiones en 63 partidos (ocho en Liga). En el último, la final de la Copa del Rey con el Barcelona, dos jugadores resultaron expulsados, Banega y Carriço.

En la 16-17, con Sampaoli, fueron 7 (4 en Liga) en 53 partidos, una de ellas la de Nasri en Leicester, que resultó clave para la frustrante eliminación del Sevilla en los octavos de final de la Champions.

En la 17-18, se quedaron en 4 (3 en Liga) en 58 partidos. Y en la 18-19 subieron de nuevo a 9 en 61 citas. La última, la de Banega en Gerona, fruto de la impotencia, le costó cuatro partidos de sanción.