Sevilla FC

Trondheim y el factor Nasri

  • Sampaoli ya mostró ante el Madrid su ideario en el primer partido oficial, pero llegó a la excelencia cuando el francés, el último en llegar, hizo efectivo el juego interior.

Nasri se tira al suelo mientras sonríe para arrebatar un balón a Vitolo en presencia de Ganso.

Nasri se tira al suelo mientras sonríe para arrebatar un balón a Vitolo en presencia de Ganso. / fotos: antonio pizarro

El Sevilla se fue de vacaciones en la cresta de la ola, recibiendo críticas positivas por su juego y metido en la pomada de las tres competiciones. Este miércoles vuelve a la actividad competitiva el equipo de Jorge Sampaoli con un plato fortísimo, demasiado fuerte para una resaca festiva tan propia de estas fechas. Visitar el Santiago Bernabéu siempre es motivo de inquietud, hay que tentarse la ropa porque allí la celada acaece cuando menos se espera y todo parece más tranquilo. Pero también es motivo de lucir palmito, nada menos que el mejor escenario futbolístico posible, con permiso del Camp Nou. Y la gran incógnita es qué Sevilla se encontrará el ilusionado aficionado en la vuelta del parón navideño.

Hay un precedente para pensar que este Sevilla que tanto ilusiona a los suyos va a ser fiel a sí mismo, aunque también hay pistas para prever que Sampaoli no es tan temerario como algunos creían y ahí están los ejemplos de Turín o Lyon. En Trondheim, el pasado 9 de agosto, se presentó ante la sociedad europea Sampaoli y lo hizo dando un pequeño muestrario del ideario que quería imponer en su Sevilla. Que estuviese en juego un título, o que fuera el estreno en un partido oficial en Europa del técnico argentino no menoscabaron su prometedora puesta en escena, pese al duro palo de encajar un gol en el minuto 92 y de terminar perdiendo una copa que parecía ya bien asida con otro gol en contra en el minuto 118.

Por entonces, sólo un mes después de su aterrizaje en Sevilla, Sampaoli estaba dándole forma a un equipo que aún no podía ni imaginarse que tendría entre sus elementos clave a Samir Nasri. El francés llegó sobre la bocina del mercado estival, después de haber participado en el estreno de la Premier League con el City de Pep Guardiola. Y aun así, el Sevilla no sólo le plantó cara al Madrid, sino que en muchas fases del partido lo dominó. Si bien es verdad que el equipo de Zidane no era el de gala (Kiko Casilla, Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro; Lucas Vázquez, Kovacic, Isco, Marco Asensio; y Morata, aunque luego saldrían James, Modric y Benzema), el 55% de posesión de balón que tuvo el Sevilla de media, con un 10% de ventaja sobre el Madrid, es muy significativo. Lo es más teniendo en cuenta que el equipo de Sampaoli sufrió una expulsión nada más empezar la prórroga y eso, lógicamente, aminoró la salida del Sevilla y avivó el empuje del Madrid.

Con un once inicial formado por Sergio Rico; Mariano, Pareja, Carriço, Kolodziejczak; N'Zonzi, Iborra, Kiyotake, Franco Vázquez, Vitolo; y Vietto, el Sevilla tuvo picos importantes de posesión, con una media del 62,3 % al descanso y de 57,1 % en la segunda parte. En la prórroga, y después de que Kolodziejczak viera la segunda amarilla nada más comenzar ésta (minuto 92), el Sevilla tuvo un 39,1% de posesión del esférico.

Fue una puesta en escena que dio pie a la esperanza, pese al jarro de agua fría final. Y los hechos han demostrado que no era un espejismo. El Sevilla, no obstante, mejoró ostensiblemente su juego ofensivo conforme fue pasando el tiempo. Porque en aquel partido la posesión fue bastante plana y apenas se tradujo en 6 remates (3 a puerta) frente a los 18 del Madrid (5 a puerta). De hecho, Kiko Casilla intervino con una parada por diez de Sergio Rico... Pero con Nasri el Sevilla ha ganado muchísimo en llegada, en juego interior, en remate... La posesión sigue teniendo unas cotas elevadísimas, salvo las excepciones de Turín (donde no jugó Nasri) y Barcelona en Nervión (donde lo hizo forzando, sin estar recuperado).

El regreso del francés ha beneficiado a un Sevilla que tuvo sus cotas de juego en Vigo (0-3) y ante el Málaga (4-1). Ahora, el Bernabéu se presenta como el gran reto de este Sevilla de Sampaoli y Nasri. Y la gran incógnita es si el técnico argentino tirará de la versión más conservadora, la que ofreció sin delantero específico en Turín (donde Nasri tampoco jugó por estar lesionado) o Lyon (donde sí lo hizo, pero con escasa participación por el esquema elegido), o de la fastuosa que apuesta por tener el balón, con protagonismo y llegada. La lógica, al ser la ida de una eliminatoria en el feudo del Madrid, invita a la primera versión. Pero con Sampaoli a veces la lógica tiene caminos inescrutables...

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