El Betis no repitió ante el Celta, en su primer partido de 2022, al nivel habitual que mostró en su brillante 2021. Entre el cúmulo de factores contrarios se encuentra el progresivo alejamiento del área contraria de Willian José, cuya fantástica capacidad para jugar de espaldas está llegando ya a menoscabar su presencia en zona de remate. El liviano físico y falta de cuajo de Lainez tuvo mucho que ver en que perdiera casi siempre sus acciones con el lateral izquierdo del Celta, Javi Galán. El mejor del Betis fue Rui Silva, que dio todo un ejemplo al jugar con el dolor aún muy fresco por la muerte de su padre. 

Willian José | Juega ya tanto de espaldas a la portería que cada vez remata menos

El fornido pero también sutil delantero brasileño, con su capacidad para arrastrar, crear espacios y ganar balones de espaldas para lanzar al que viene de cara está describiendo una tendencia que es buena para el enrejado del juego verdiblanco. Pero con su papel cada vez más acusado de armador del juego, su rol preferente de aparecer en zona de remate se está diluyendo cada vez más. Ante el Celta quedó aún más patente.

Guardado | Un error impropio de alguien de su experiencia

Empezó el Betis demasiado tibio en el juego sin balón, pasado el cuarto de hora fueron aumentando sus revoluciones los verdiblancos y también las del mexicano en la zona ancha. Pero a Guardado, en su choque con Cervi dentro del área, se le fue la mano y su excesiva contundencia empezó a arruinarle el partido al Betis. Él, tan experto...

Rui Silva | Ni un trance tan delicado cortó su progresión

Apenas unos días después del fallecimiento de su padre, Rui Silva se mantuvo en la portería bética, dando muestras así de su entereza y compromiso. Y el portugués volvió a cuajar un buen partido, respondiendo a dos envenenados tiros de Santi Mina, y saliendo con solvencia por alto. Sólo Iago Aspas pudo superar a un guardameta que se asienta.

Lainez | Con Javi Galán intercambió los roles y el mexicano fue el perseguidor

Manuel Pellegrini confió en la rapidez, imaginación y descaro del extremo mexicano para cubrir el vacío de Fekir, que aguardó en el banquillo por su condición física tras el Covid, pero Lainez jamás entró en el partido. Su marcador, Javi Galán, se pegó a él cuando se disponía a recibir el balón y siempre se le anticipó, hasta el punto de que el lateral generó varios incendios con sus irrupciones. Le falta cuajo en las disputas, en choques y fricciones.