El partido del Sevilla | Análisis

Jémez pisa la goma y después abre el grifo

  • El Rayo planteó un partido creándole al Sevilla superioridad numérica en el centro del campo, pero lo entregó pasando a defensa de cuatro.

  • La calidad se impone cuando las tornas cambian.

Informe táctico Sevilla FC

Informe táctico Sevilla FC / Departamento Infografía

El Sevilla de Caparrós se encontró un gran aliado en Paco Jémez en una cita fundamental para sus intereses europeos. El excéntrico entrenador cordobés planteó un partido para generarle problemas a un adversario claramente superior y lo llegó a lograr por fases en una primera mitad en la que le generó superioridad numérica en el centro del campo con su decisión de emplear una defensa de tres, lo que le daba un hombre más para ahogar a Roque Mesa y Banega. Es verdad que la debilidad de esos tres centrales le hizo pasar muchos apuros, pero la mayoría de las ocasiones sevillistas, –las dos del Mudo y la de Sarabia– fueron contraataques fruto de un mayor dominio por momentos de balón de los vallecanos.

Pero Jémez tomó una decisión en el descanso que fue fatal para su equipo, pasar a una defensa de cuatro, con lo que eliminaba un hombre de la zona ancha para que, en equilibrio en número o incluso en superioridad con el paso atrás de Franco Vázquez, el Sevilla empezara a sacar su calidad. Roque Mesa ya se soltaba para asomarse a los metros donde más daño hace, en la corona del área, la incorporación de los laterales era más suelta y los cambios de orientación de banda a banda terminaron de desarbolar a una defensa con muy poco nivel para Primera División.

Defensa

El Sevilla tuvo ciertos problemillas para hacerse con la posesión en la primera mitad. El Rayo sacaba el balón jugado y trenzaba combinaciones que morían antes de llegar al área de Vaclik, pero que impedían a los de Caparrós salir con claridad. A la presión inicial le faltó una mejor coordinación para contrarrestar que el Rayo tuviera a un jugador (o dos) más en el centro del campo. A Roque Mesa y a Banega le hacían continuamente un dos contra uno con la aparición de un hombre por dentro como Pozo.

Más allá de eso, el Rayo no inquietó. Los laterales no sufrieron nada y pudieron proyectarse en ataque, aunque fuera cuando Jémez ordenó ese cambio que se tradujo en un paso atrás.

Ataque

En la primera mitad costó encontrar el sitio en el partido. Es verdad que el Sevilla tuvo ocasiones y que de no ser por Alberto se habría marchado al descanso con el partido resuelto, pero eran mayoritariamente contraataques que la zaga rayista además supo defender fatal y que tampoco eran redondeadas por pequeños errores: en el último pase, en el remate final...

En la segunda mitad, el Sevilla se volcó con más gente en zona de creación y, por ende, de finalización. El paso adelante de Roque Mesa al verse con un rival menos en la zona ancha fue clave y la aparición de Promes con más insistencia que en la primera mitad terminó de volcar el juego al área rival y las basculaciones de la defensa para contrarrestar los cambios de orientación de Sarabia, de Munir, de Roque... hacían que aparecieran los espacios.

Virtudes

Paciencia para esperar el momento. Era fácil perder los nervios.

Talón de Aquiles

El pasillo central pierde fácilmente la batalla cuando le crean superioridad.

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