Sevilla FC

Un escalón difícil de bajar

  • Monchi se ha encontrado a su vuelta con demasiados jugadores con una ficha inasumible para el mercado que tienen.

  • ‘Desfichar’ es una tarea que se complica.

Nolito y Amadou, dos de los jugadores que han elevado la masa salarial del Sevilla FC.

Nolito y Amadou, dos de los jugadores que han elevado la masa salarial del Sevilla FC. / Victor Rodríguez

Una de las virtudes más apreciadas de Monchi a la hora de manejarse en los mercados, aparte de su capacidad para el descubrimiento de talentos, siempre estuvo en la difícil e ingrata tarea de desfichar. Buscar destino a los descartes es algo que siempre hizo bien gracias a su buen talante y poder de convicción. De hecho, sus dos principales primeras gestiones en su regreso han sido colocar a los dos grandes mastodontes de la plantilla –económicamente hablando–, ya que no es fácil buscarle destino a los dos fichajes más caros de la historia del club y, además, con una depreciación importante en su cotización individual.

Pero Monchi se ha encontrado dos años después de su marcha con un problema. Los sueldos que se cobran en el Sevilla no están al alcance de muchos clubes. Por poner un ejemplo, en España, quitando el Barcelona, el Real Madrid y el Atlético, apenas el Valencia, la Real, el Athletic (fuera de concurso) o el Villarreal pueden equipararse en ese escalón con el club nervionense, que además este año tiene muchísimo lastre que soltar.

Con la gestión de Óscar Arias y Joaquín Caparrós, en el Sevilla ya hay muchos profesionales que cobran una ficha top inalcanzable para cualquier club medio. Cuando el futbolista rinde no hay problema porque rápidamente aparecen clubes sin problemas financieros. Se va a comprobar con Ben Yedder y con Sarabia y se ha visto, de alguna manera, precisamente con los dos clubes que se han hecho cargo de las fichas de Muriel y Promes. El Atalanta y el Ajax no son top, pero cuentan con el aval de su presencia en la Liga de Campeones, en el caso de los italianos por primera vez en su historia y en el de los holandeses con la inyección que les ha supuesto plantarse nada más y nada menos que en las semifinales del gran torneo continental de clubes.

El gran problema que tiene Monchi es que debe desprenderse de varios jugadores con un sueldo que no pueden asumir los clubes en los que podría tener mercado. Kjaer, Nolito o Roque Mesa son jugadores que tienen este problema, agravado también por la edad con la que cuentan, los tres superando la treintena.Ello impide una de las fórmulas que habitualmente suelen dar salida a estas situaciones cuando hay un club interesado, ampliar el número de años de contrato a los que le queda en el Sevilla y prorratear esas cantidades.

Monchi, en su manera de entender la gestión de un club como el Sevilla, contempla que haya que pagar fichas que superen los tres millones de euros, como pasa con Banega, con Jesús Navas o como estaba dispuesto a darle a Sarabia. El problema surge cuando jugadores con esta franja salarial no son determinantes y en algunos casos su participación es residual, como en el de Nolito, ya con 32 años en el DNI.

El Celta tiene ese problema ahora con el sanluqueño. Está interesado en él y buscaría fórmulas pagándole un año o incluso un tercero opcional al que le queda en el Sevilla, pero si encima tiene que pagar traspaso no puede asumir la operación. Ocurre con el Levante, que estaría dispuesto a quedarse con Roque Mesa, pero no puede asumir su ficha y le pasa al Fenerbahçe, que sí podría pero se ha encontrado con que el Sevilla pide 8 millones.

Y aún queda mucho más, ya que Monchi debe colocar a Sergio Rico, que renovó antes de marcharse cedido al Fulham, a Corchia, a Amadou, a Aleix Vidal, a Arana... y a futbolistas en un escalón inferior por tratarse de jugadores del filial pero que, para el mercado que tendrían, no facilitan una salida. Son los casos de los uruguayos Felipe Carballo y Christian González y otros cedidos como Marc Gual, Aburjania o Pozo.

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