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Los dos lados del péndulo

  • Sampaoli y Ranieri, cara y cruz de una ley implacable en el fútbol.

  • El argentino es el técnico de moda y el italiano está cuestionado tras tocar la gloria máxima.

Sampaoli, rodeado de niños en los prolegómenos de un partido.

Sampaoli, rodeado de niños en los prolegómenos de un partido. / Antonio Pizarro

Los entrenadores lo saben y tratan de disfrutar del momento cuando les sonríe y de aguantar el tirón cuando no. La ley del péndulo dice que un día estás arriba y otro día estás abajo. Un año el nombre de un entrenador puede estar en la cresta de la ola y al año siguiente, acabar destituido o -peor incluso- que nadie se acuerde de uno.

Hace seis meses Jorge Sampaoli era un entrenador semidesconocido en Europa. Lo más granado de su carrera lo había desarrollado en Chile, ni siquiera en Argentina. Después de hacer méritos en equipos de Perú, Ecuador y otros más modestos en el país andino, tocó la gloria en la U de Chile y más tarde en la selección, la que genuina y verdaderamente puede llamarse La Roja. Al frente de ella ganó una Copa América a Argentina e hizo un gran papel en un Mundial, incluida una sonada victoria sobre España. Pero más allá de eso sólo era un entrenador interesante, que no había cruzado el charco y que parecía que iba a hacerlo finalmente como apuesta de un Granada al que la estampida de Emery le acabó cortando el cuerpo.

20-11Triunfos. El Sevilla de Sampaoli ha ganado una veintena de partidos; el Leicester de Ranieri, casi la mitad

Mientras, Claudio Ranieri, un técnico que ya podía considerarse de vuelta, hacía historia en la mejor competición en cuanto a presupuestos del mundo, la Premier League, con un equipo que no entraba ni mucho menos en las quinielas ante mastodontes como Chelsea, Manchester United, City, Liverpool, Tottenham, etcétera. El italiano desafió a los poderosos y llevó al Leicester a lo alto de la tabla, de la que creían que caería conforme pasaran las jornadas. Pero no fue así y su hazaña dio la vuelta al mundo.

Mañana, sin embargo, Sampaoli y Ranieri miden a sus equipos en los octavos de la Champions en momentos totalmente contrapuestos y con los papeles intercambiados. El argentino, en su primera temporada en Europa, ha roto todos los esquemas con un fútbol en el que pregona el juego de ataque, la posesión y la diversión del propio futbolista en el campo. Con él ha logrado llevar al Sevilla a una tasa de puntos desconocida a estas alturas de campeonato, 49 puntos, y llegando a sonar incluso como una alternativa real al poder de los grandes cuando derrotó al Real Madrid acabando con el récord de imbatibilidad de Zidane.

Desde el pasado martes, además, su nombre lidera las quinielas para ser a partir de junio el sucesor de Luis Enrique en el Barcelona, cuya sacudida a manos del PSG de Unai Emery (4-0) en el escaparate de la Champions ha generado un aluvión de rumores. Sampaoli, que sería el candidato preferido para un jugador con el peso de Messi en la entidad azulgrana, no le haría ascos a dirigir un vestuario como el del Barcelona, aunque de momento ha aclarado que sólo piensa en el Sevilla. Es, sin lugar a dudas, el entrenador de moda.

En la situación opuesta está su oponente en el partido de mañana. El trance por el que pasa Ranieri en el Leicester no tiene nada que ver. Después de tocar la gloria, su equipo está coqueteando con el descenso después de una pésima racha de cinco derrotas consecutivas que remachó el sábado al ser humillado en la Copa inglesa por un rival de tercera división. Evidentemente, el italiano está cuestionado y sus números son de destitución inmediata, pero aún se sostiene del crédito que le dio el título de la Premier League conquistado para sorpresa de toda Inglaterra y la trayectoria de su equipo en la Champions, en la que el equipo inglés sí ha tenido una excelente fase de grupos y que puede salvar una temporada nefasta en la Premier. Ranieri prácticamente se juega el puesto en esta eliminatoria de Champions que puede lanzar aún más la figura de Sampaoli en el Sevilla, en el que haría historia pasando a cuartos, y en el fútbol español.

De momento, los números de ambos esta temporada son la noche y el día. El Sevilla ha ganado casi el doble de encuentros, (20 contra 11) y las derrotas de los ingleses multiplican por dos la de los nervionenses (18 contra 9). En cuanto a goles a favor, Sampaoli ha visto a su equipo cantar 72 en todas las competiciones, mientras los de Ranieri han marcado 41. En cuanto a los tantos encajados las diferencias, lógicamente, también son notables, 47 los sevillistas y 60 los ingleses.

Ranieri estaba hace poco en el lado del péndulo que ahora ocupa Sampaoli, una ley tradicionalmente presente en el fútbol.

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