Sevilla FC

Una revalorización extra

  • El Sevilla se ha encontrado inesperadamente con la preselección de Bryan Gil y Pozo en la burbuja reserva de Luis Enrique para la Eurocopa

  • El club nervionense pretendía blindar al barbateño con un nuevo contrato y una nueva cláusula de rescisión

Bryan Gil y Brahim Díaz, en un entrenamiento de la selección.

Bryan Gil y Brahim Díaz, en un entrenamiento de la selección. / kiko Huesca / efe

En la planta noble del Ramón Sánchez-Pizjuán ha surgido una oportunidad con la que no contaban en un principio, ni mucho menos cuando hace aproximadamente un año Julen Lopetegui y Monchi decidieron que Bryan Gil y Alejandro Pozo se marcharan en calidad de cedidos al Eibar para contribuir a su formación definitiva en la élite.

Ambos jugadores se ganaron durante el año poder pertenecer a la selección española sub 21, y en el caso del barbateño incluso mereció el honor de debutar con la absoluta, pero la situación que se ha creado en torno al combinado español tras los casos positivos en Covid-19 de Sergio Busquets primero y de Diego Llorente después ha motivado que los sevillistas estén ahora mismo en una rampa de salida que puede mandarlos a la misma Eurocopa.

Ambos están en la lista que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha llamado para formar un grupo que se ha denominado burbuja paralela, una especie de selección B de la que Luis Enrique puede nutrirse en cualquier momento en el caso de que no pueda contar con una serie concreta de sus seleccionados en algún momento del torneo.

Junto a otros nueve futbolistas, Bryan Gil y Pozo entrenaron ya ayer miércoles a las órdenes de Luis Enrique después de que tuvieran que interrumpir sus vacaciones para disputar el encuentro amistoso ante Lituania de este martes en Butarque que no pudieron jugar los inicialmente convocados por el seleccionador para la Eurocopa.

Si ya la cotización de Bryan Gil había subido como la espuma tras un grandísimo año por parte del barbateño junto a José Luis Mendilibar en el Eibar, esta nueva situación de las cosas hace que el jugador, que ya fue pretendido por el Barcelona, según algunas informaciones, eleve su precio en el mercado. El Sevilla andaba queriendo renovar su contrato con la idea de blindarlo con una gran cláusula, pero las negociaciones pasaron en marzo por un momento frío. La actual está fijada en 50 millones de euros y el contrato finaliza en 2023. Lógicamente, la intención del Sevilla es mejorar esas condiciones y estar preparado para una gran explosión del futbolista, lo que no no es descabellado tal y como están las cosas de que se produzca en la Eurocopa.

En el caso de Pozo, que no tenía para nada tan clara la vuelta a la plantilla del Sevilla como Bryan y que ahora puede entrar en otro escenario, también tiene contrato hasta 2023, aunque con una cláusula más modesta. El de Huévar renovó en 2019 y su futuro es incierto después de haber pasado ya por tres cesiones, al Granada, al Mallorca y al Eibar.

Con su debut con la absoluta en el bolsillo (es oficial la cita de Lituania), ha recibido el espaldarazo de estar en esa burbuja paralela y hasta resultaría curioso que mientras se esperaba la presencia de Jesús Navas en la Eurocopa el lateral derecho de España fuera el aljarafeño.

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