Más vale llegar a tiempo que rondar un año, dice el refrán. Como el aceite a las espinacas, siguiendo con la sabiduría popular, Javi Navarro está estos días en Sevilla coincidiendo con un momento en el que el vestuario, el club, tira de su fuerza interior para paliar la gran frustración que supuso la primera derrota de la temporada. Cosas del crecimiento...

El carismático capitán de los cuatro títulos levantó en 15 meses cinco trofeos, las dos Copas de la UEFA (2006 y 2007), la Supercopa de Europa (2006), la de España (2007), que ya no jugó, y la Copa del Rey (2007), el último que levantó habiendo jugado como capitán la final antes de colgar las botas, aquel 23 de junio de 2007. La rodilla le impidió seguir. Pero su huella se quedó en el club, por lo que supuso de transición entre el Sevilla que venía de Segunda División y el que empezó a tocar plata.

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— Moisés1981SFC (@Moiss93130174) October 5, 2021

Por ello, su presencia en el Ramón Sánchez-Pizjuán en estos momentos en los que el vestuario y la cúpula buscan el calor ante una extraña situación producida por la primera derrota de la temporada. Fue con motivo de la presentación, este martes, del curso de la Escuela Antonio Puerta en el estadio, donde coincidió con los dos capitanes de la actual plantilla, Jesús Navas, con el que compartió vestuario, y Rakitic, con el que no coincidió.

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Javi Navarro está en Sevilla de paso. Inicia desde la capital hispalense una ruta en bicicleta que atravesará la Península Ibérica en dirección a Galicia, con unos amigos aficionados al cicloturismo, entre ellos varios sevillanos. Y visitó el club en este momento de reflexión interna. Es una simple anécdota, pero su carisma también puede servir para sumar en este parón de reflexión interna.