La Fundación ANAR atendió 627 casos de intento de suicidio de menores en 2016
Las llamadas por estas tentativas o autolesiones aumentan un 61%.
Los expertos alertan de que tras juegos siniestros como el de la 'ballena azul' suele haber situaciones problemáticas.
La Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR) detectó y atendió en 2016 un total de 627 casos de ideación o intento de suicidio de menores y 531 casos de autolesiones, lo que supone un 64% más que el año anterior.
Sobre el perfil de los casos de intento de suicidio, 441 eran chicas frente a 186 chicos, y 43 casos correspondieron a menores de 10 años, informó ANAR en una nota. En cuanto a los casos de autolesiones atendidos por las líneas de ayuda de ANAR, 447 fueron chicas y 84 chicos. En 15 de los casos se trató de menores de 10 años.
El total de llamadas relacionadas con intentos de suicidio y autolesiones recibidas tanto de los propios menores como de sus familias ascendieron en 2016 a 2.971 frente a las 1.838 de 2015, lo que representa un aumento del 61%.
"No todos los niños pueden ser víctimas de fenómenos como el de la ballena azul. Detrás de estos menores que caen en estos juegos siniestros suele haber situaciones problemáticas no identificadas. Hay que estar atento al comportamiento de los niños, sin culpabilizar a los padres, e incidir en la prevención para evitar situaciones que acaben en suicidios", señaló la directora del teléfono ANAR, Diana Díaz.
El Teléfono ANAR de Ayuda a Niños y Adolescentes es el 900 20 20 10 y el Teléfono ANAR del Adulto y la Familia el 600 50 51 52.
"Nos vemos en la obligación de volver a alertar" sobre estos problemas porque, "desgraciadamente, el fenómeno de la ideación suicida y las autolesiones sigue creciendo, en muchos casos alentado por contenidos a los que los menores de edad acceden libremente en la red", argumentó el director de Programas de ANAR, Benjamín Ballesteros.
"Se está produciendo un efecto llamada, con contenidos en los que se explican procedimientos para autolesionarse y suicidarse, y en los que se justifican las causas para llevar a cabo estas actuaciones", añadió Ballesteros respecto a casos como el de la ballena azul.
Ballesteros dijo que "tanto en el suicidio y la ideación suicida como en las autolesiones, cuando nos llaman es porque buscan nuestro apoyo, y recibimos más llamadas de mujeres, que en general tienen más facilidad para pedir ayuda".
La Fundación ANAR recordó que, en muchas ocasiones, detrás de las autolesiones "hay experiencias traumáticas previas, episodios de acoso escolar o de maltrato familiar que se han hecho crónicos y se han agudizado".
Los expertos subrayaron que "los cambios de conducta y de carácter repentino, mayor agresividad e impulsividad, problemas de rendimiento, tristeza, aislamiento social y comentarios o verbalizaciones negativos del menor de edad sobre sí mismo, su vida o su futuro pueden ser algunas señales que los padres pueden tener en cuenta".
Ante estos comportamientos hay que hacer siempre caso, pues aunque sea sólo una llamada de atención, "puede ser indicio de un problema que puede ir a más", advirtieron.
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