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Lluvia de estrellas

Guía Perseidas 2020: prepárate para ver 100 estrellas fugaces en una hora

En torno a 100 estrellas fugaces a la hora es la media de actividad de las Perseidas.

En torno a 100 estrellas fugaces a la hora es la media de actividad de las Perseidas.

Cuenta la tradición cristiana que el mártir Lorenzo, que estaba siendo asado a la parrilla, pidió poco antes de morir, no sin sorna, que le dieran la vuelta porque por aquel lado estaba ya más que hecho. Eso ocurrió un 10 de agosto, y desde entonces el ahora Santo llora, cada año por esas fechas, lágrimas de fuego en la noche.

Otra tradición, menos triste y más antigua, cuenta cómo el padre de dioses Zeus se coló en la habitación de la bella ninfa Dánae en forma de lluvia de oro para engendrar a su vástago Perseo, y cómo desde la Tierra puede verse al viejo dios, en las noches de agosto, rondando la constelación que lleva el nombre de su hijo.

Claro, que luego llega la ciencia y se acabó el romanticismo. Cada año, entre finales de julio y la primera quincena de agosto, la Tierra se cruza con la trayectoria del cometa Swift-Tuttle, cuyo rastro de partículas choca contra la atmósfera, luego se incendian y forman una buena cantidad de meteoros, unas bolas de fuego que parecen cruzar el cielo desde la constelación de Perseo. Se llaman, por eso mismo, Perseidas y podrán verse con especial intensidad desde el próximo día 11 y hasta el 13 de agosto.

Constelación de Perseo Constelación de Perseo

Constelación de Perseo

A 100 por hora

La lluvia de estrellas de cada verano ni es una lluvia ni son estrellas. Se trata de lo que en astronomía se denominan ‘bólidos’, eso es, partículas de polvo, algunas más grandes que otras, que se incendian al tropezar con el cielo terrestre. Las Perseidas tienen una "tasa horaria cenital" de 100 meteoros por hora. O sea, si el punto desde el que parten estuviera justo sobre nuestras cabezas, ese es el número de meteoros que se verían. Tampoco quiere decir que si estamos alguna de esas noches una hora justo debajo de la constelación de Perseo -aunque realmente no es verdad que vengan justo de allí, solo lo parece- veríamos 100 estrellas fugaces. Lo de las 100 por hora es una media: habrá horas en las que no veremos ninguna y horas en las que veremos 200.

Prepararse en serio

Puede que sea por eso por lo que otra tradición, o más bien una ley no escrita, dicta que esas 200 estrellas fugaces pasan justo cuando, cansados de esperar, los inquietos amantes de las Perseidas deciden marcharse a la cama. También es verdad que a menudo se achaca a la mala suerte lo que no se hace bien: para ver la lluvia de estrellas hay que prepararse. Saber dónde mirar, cuándo hacerlo y desde dónde.

Este año se espera buen tiempo y la luna estará en fase menguante. La máxima actividad está prevista para el día 12 entre las 15:00 y 18:00, hora peninsular, así que esas no las veremos. Las mejores horas para verlas durante la noche transcurrirán entre las 22:00 de ese día hasta las 4:30 de la madrugada del día 13. La noche anterior y la posterior serán también buenos momentos para ver las Perseidas, pero hay que hacerlo en las primeras horas de la noche, antes de que salga la Luna.

La playa es un buen sitio para observar la lluvia de estrellas. La playa es un buen sitio para observar la lluvia de estrellas.

La playa es un buen sitio para observar la lluvia de estrellas.

Es necesario buscar un lugar oscuro, con la menor contaminación lumínica posible, y alejado de edificios, árboles y otros obstáculos que puedan entorpecer la visibilidad. Las perseidas no se pueden ver en el centro de una ciudad, eso es así, así un buen sitio puede ser la playa, idóneo para disfrutar de las estrellas fugaces siempre que estemos alejados de hoteles o edificios de apartamentos, claro. También la montaña, ahora que lo rural se ha impuesto este verano, y si no hay más remedio que quedarse en la ciudad la única opción es acceder al sitio más elevado posible para alejarse de las luces.

Fáciles de ver a simple vista

No se necesita utilizar telescopios o prismáticos. Es más, ni siquiera son aconsejables porque a simple vista se consigue observar el cielo abierto con una visión más general del espectáculo. Por último, perseverar. No vale desesperarse si después de una hora no ha pasado ni una lucecita, porque llegarán, como siempre, como cada año, a una hora o a otra.

Tener la posibilidad de pedir cien deseos en una hora no es algo que pase todos los días y bien merece un buen trago de paciencia.

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