Lecciones aprendidas y asignaturas pendientes
El mundo desarrollado afronta esta nueva crisis de salud pública con la experiencia del SRAS y la gripe aviar pero sin haber asumido que debe aprender a convivir con el riesgo
De nuevo, una crisis de salud pública hace saltar por los aires la burbuja de seguridad en la que creen vivir las sociedades desarrolladas. Y, una vez más, se confirma que vivir en el lado malo del planeta significa que se tienen más probabilidades de sucumbir ante un fenómeno epidémico: el mismo virus que está matando gente en México causa cuadros leves en EEUU o en Europa.
¿La pandemia perfecta?
Desde hace años, los expertos de la OMS vienen diciendo que la eclosión de una pandemia de gripe es sólo cuestión de tiempo. Por definición, la convivencia humana con el virus de la gripe es frágil. Su alta capacidad de mutación condiciona la respuesta ante una eventual crisis. De hecho, la composición de las vacunas de cada temporada de gripe es, en realidad, una estimación bioestadística basada en los serotipos circulantes en años anteriores y en el contra-hemisferio correspondiente. Es posible la aparición de una pandemia viral con más o menos capacidad letal. El mundo desarrollado debe aprender que vivir es un riesgo. Que es posible la pandemia perfecta.
¿Temores justificados?
El principal motivo de preocupación ante la epidemia actual es que el virus es de origen animal y se está transmitiendo entre humanos. Eso implica una doble dificultad para liquidar la crisis. Por un lado, el material genético del virus contiene componentes de origen aviar, porcino y humano. Probablemente, los procesos de recombinación y mutación se han producido en un huésped porcino. Esa característica plantea dificultades añadidas de respuesta por parte del sistema inmunitario humano. Por otro lado, es más fácil controlar una epidemia de transmisión de animal a humano mediante medidas de aislamiento y sacrificio de ganado que un canal de transmisión entre humanos en un momento histórico en el que los viajes intercontinentales son un hecho rutinario.
¿el virus es letal?
La limitada experiencia clínica de la crisis indica que la infección cursa con cuadros leves de gripe. Si se abordan a tiempo y se evita la derivación hacia otras complicaciones, como neumonías, la enfermedad dura un par de semanas. Si se vive en un entorno donde el acceso a los cuidados médicos es complicado y se dan otros factores de depauperización (pobreza, dietas inadecuadas, déficit educativo), las posibilidades de infección y de agravamiento crecen en proporción directa a esos factores. Es lo que está ocurriendo en México, a pesar de que el Gobierno cuenta con reservas de antivirales para tratar la enfermedad. En España, salvo complicaciones propias de cada historia clínica personal, haberse traído la infección de un viaje a Cancún (que es un elemento presente en algunos casos sospechosos españoles) no debe ser un problema serio de salud: aquí hay una red de centros de salud, hospitales y sistemas de vigilancia con capacidad de respuesta inmediata.
¿sirven los antivirales?
Sirven para lo que sirven: para bloquear las proteínas virales sensibles a ellos. Durante la pasada crisis de la gripe aviar se cuestionó la utilidad de la compra masiva de estos medicamentos por parte de las autoridades. Ahora, con casos humanos de por medio en España, ese almacenamiento deviene en una gran oportunidad para los responsables de la planificación de la asistencia sanitaria: quien necesite el tratamiento, lo tiene sin demora.
¿Cómo se diagnostica?
El método de referencia para saber sin dudas si un organismo está infectado por el virus es el análisis de una muestra biológica. Hoy la tecnología permite saber a qué familia y subfamilia pertenece el microorganismo. Pero es inviable operativa (y quizá económicamente) someter a toda la población con síntomas de resfriado a este tipo de analíticas. Como pasa con la gripe normal, a (casi) nadie le dan un certificado médico con el análisis del virus que tiene. Sólo ciertos casos graves, que requieren ingreso en el hospital y cursan con complicaciones, requieren de esas pruebas diagnósticas. En la crisis actual, todos los casos sospechosos dejarán de serlo, para bien o para mal, gracias a esta analítica. Son sospechosos no porque estén graves, sino porque coinciden los síntomas gripales con un factor de riesgo: la estancia reciente en México, país donde se ubica el foco emisor del problema.
¿Pautas especiales?
Se impone el sentido común. La epidemia actual tiene de porcina sólo el origen: se puede consumir carne de cerdo con toda tranquilidad. Siempre es bueno cultivar hábitos saludables y es normal estornudar en primavera. Por seguridad (por tranquilidad), las autoridades recomiendan ir al médico si se siente malestar y, además, se ha viajado hace poco a México.
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