El Papa proclama santo al defensor de los derechos de la mujeres Faustino Míguez
El milagro elegido para la canonización del escolapio fue la cura que hizo a una mujer chilena
El papa Francisco proclamó ayer santo al sacerdote español Faustino Míguez (1831-1925), fundador del Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora y un defensor de los derechos de las niñas y las mujeres, durante una ceremonia en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. El nuevo santo español fue inscrito en el Libro de los Santos de la Iglesia como el número 884 de los proclamados durante el pontificado de Francisco.
Nació en Celanova, en Orense (Galicia), el 24 de marzo de 1831 y su vida quedó marcada su etapa en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) cuando descubre que las niñas tienen vetado el acceso a la educación y la necesidad de que alguien las ayudase, como se destacó en la biografía que se leyó en la Plaza de San Pedro. Durante la ceremonia también se celebraron las canonizaciones de otros 34 nuevos santos: los llamados tres niños Mártires de Tlaxcala (México), asesinados entre 1527 y 1529, así como un grupo de 30 brasileños, considerados los primeros mártires del país, y el capuchino italiano Angelo da Acri.
La ceremonia la inició con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, quien, acompañado de los postuladores de las causas, presentó a Francisco la petición de canonización y leyó una pequeña biografía de cada uno. Después el Papa pronunció la fórmula en latín: "Les inscribimos en el Catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sean devotamente honrados entre los santos".
El aplauso de las decenas de fieles que acudieron a la ceremonia se oyó en la plaza de San Pedro, entre los que se encontraban numerosos españoles. También participó en la ceremonia llevando las ofrendas durante la mujer chilena Verónica Storberg, que la Iglesia ha reconocido que se curó por intercesión de Faustino Míguez después de una grave hemorragia.
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