Rescatados 21 cadáveres del accidente de un avión etíope cerca de Beirut
Según fuentes oficiales, en el aparato siniestrado viajaban 90 pasajeros
Equipos de rescate continúan buscando en aguas del Mediterráneo cercanas al puerto de Beirut y en otros sectores de la costa a posibles supervivientes del accidente aéreo que sufrió un avión comercial etíope, con 90 personas a bordo.
El avión, un Boeing 737-800, realizó su vuelo regular Adis Abeba-Beirut el pasado domingo con la intención de regresar ayer a la capital etíope. Sin embargo, poco después de despegar del Aeropuerto Internacional de Beirut se perdió el rastro en el radar y se estrelló en el mar, a la altura de la localidad de Naame, a unos 18 kilómetros al sur de Beirut, al parecer a causa del mal tiempo.
Las autoridades libanesas se movilizaron inmediatamente y pusieron en marcha un dispositivo para tratar de localizar la aeronave y encontrar supervientes, así como las cajas negras para conocer las causas del accidente.
El ministro de Defensa, Elias Murr, al igual que todos los responsables libaneses, descartó que el accidente haya sido provocado por una explosión a bordo del avión. También aseguró que los pasajeros eran 90, incluidos 54 libaneses, 20 etíopes y tres franceses. La distribución de nacionalidades, sin embargo, no coincide con la facilitada en Adis Abeba por representantes de la compañía, aunque también sostienen que los ocupantes de la aeronave eran 90.
Entre las víctimas se encontraba la ciudadana cubana Marla Sánchez, esposa del embajador de Francia en Beirut, Denis Pietton, que viajaba Adis Abeba para una visita privada.
Una fuente militar que participaba en las labores de rescate en el puerto de Jalde aseguró que el cuerpo sin vida de Sánchez ya había sido rescatado de las aguas, pero otras fuentes militares no lo pudieron confirmar, y tampoco la Embajada francesa, que sigue considerando a Sánchez como persona desaparecida.
Hasta el momento se han encontrado 21 cadáveres. Pero la identificación de los cuerpos está resultando difícil por la desfiguración de los rostros.
Es tal la conmoción en el Líbano por este accidente, el primero de esa índole, que las autoridades decretaron un día de duelo nacional y se cerraron los colegios y las universidades.
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