Coronavirus

Vinculan el cambio climático a la aparición del SARS-CoV-2

Un pangolín y un murciélago

Un pangolín y un murciélago / JOSÉ HACHA

El cambio climático puede haber impulsado la aparición del SARS-CoV-2. Este se desprende del estudio 'Los cambios en la diversidad global de murciélagos sugieren un posible papel del cambio climático en la aparición del SARS-CoV-1 y el SARS-CoV-2', publicado en la revista Science of the Total Environment, a raíz de una investigación realizada por profesores del Departamento de Zoología de la Universidad de Cambridge y apoyada por el Consejo Europeo de Investigación.

Las emisiones globales de gases de efecto invernadero durante el último siglo han convertido al sur de China en un punto de acceso para los coronavirus transmitidos por murciélagos, al impulsar el crecimiento del hábitat forestal favorecido por los murciélagos. Se trata de la primera evidencia de un mecanismo por el cual el cambio climático podría haber jugado un papel directo en la aparición del SARS-CoV-2, el virus que causó la pandemia de COVID-19. 

El estudio ha revelado cambios a gran escala en el tipo de vegetación en la provincia de Yunnan, en el sur de China, y las regiones adyacentes en Myanmar y Laos, durante el último siglo. Los cambios climáticos, incluidos el aumento de la temperatura, la luz solar y el dióxido de carbono atmosférico, que afectan el crecimiento de plantas y árboles, han cambiado los hábitats naturales de matorrales tropicales a sabanas tropicales y bosques caducifolios.

Esto creó un entorno adecuado para muchas especies de murciélagos que viven predominantemente en los bosques. Y la cantidad de coronavirus en una determinada zona geográfica está estrechamente relacionada con la cantidad de diferentes especies de murciélagos presentes en ella.

Descubrir el origen del brote

El Dr. Robert Beyer, investigador del Departamento de Zoología de la Universidad de Cambridge, ha liderado el estudio. "Comprender cómo ha cambiado la distribución global de las especies de murciélagos como resultado del cambio climático puede ser un paso importante en la reconstrucción del origen del brote de COVID-19", asegura.

Para obtener sus resultados, los investigadores crearon un mapa de la vegetación del mundo hace un siglo, utilizando registros de temperatura, precipitación y nubosidad. Luego usaron información sobre los requisitos de vegetación de las especies de murciélagos del mundo para calcular la distribución global de cada especie a principios del siglo XX. Comparar esto con las distribuciones actuales les permitió ver cómo el número de especies diferentes de murciélagos ha cambiado en todo el mundo durante el último siglo debido al cambio climático.

Los murciélagos portan alrededor de 3.000 tipos diferentes de coronavirus, y cada especie de murciélago alberga un promedio de 2,7 coronavirus, la mayoría sin mostrar síntomas. Un aumento en la cantidad de especies de murciélagos en una región en particular, impulsado por el cambio climático, puede aumentar la probabilidad de que un coronavirus dañino para los humanos esté presente, se transmita o evolucione allí.

La mayoría de los coronavirus transmitidos por los murciélagos no pueden afectar a los humanos, pero esto no es incompatible con que algunos tipos infecten a los humanos como ha ocurrido con el SARS-CoV-2, que encontraron acomodo en los pangolines, pasados desde los murciélagos y vendidos en un mercado de Wuhan, dando origen al brote humano inicial.

Andrea Manica: "Los gobiernos deben aprovechar la oportunidad de reducir los riesgos para la salud de las enfermedades infecciosas tomando medidas decisivas para mitigar el cambio climático"

“La pandemia de COVID-19 ha causado un daño social y económico tremendo. Los gobiernos deben aprovechar la oportunidad de reducir los riesgos para la salud de las enfermedades infecciosas tomando medidas decisivas para mitigar el cambio climático ”, mantiene la profesora Andrea Manica, del Departamento de Zoología de la Universidad de Cambridge, que ha participado en el estudio.

Y es que la investigación muestra que durante el último siglo, el cambio climático también ha provocado aumentos en el número de especies de murciélagos en regiones de África Central y parches dispersos en América Central y del Sur. Por ello, desde Andalucía grandes empresas, compañías energéticas y pymes aportan su talento, sus inversiones y sus ganas de cambiar las cosas para luchar contra el cambio climático.

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