Radiografía del negocio ilícito de las armas en Sevilla
Casi todas las armas de fuego reales intervenidas por la Policía están relacionadas con el narcotráfico
Se han intervenido varias armas de guerra en operaciones antidroga
La Policía encontró un subfusil de la Guerra Civil en casa de un delincuente de Los Pajaritos
A finales de 2021, la Policía Nacional encontró un arma de guerra en la casa de un delincuente de Los Pajaritos. Era un MP-28, un subfusil que en España se conoció como el Naranjero, y que fue una de las armas más populares utilizadas por el bando republicano durante la Guerra Civil. Otro modelo similar se emplearía en la Segunda Guerra Mundial. Su propietario la tenía oculta detrás de un sofá, municionada y lista para disparar. Cualquier accidente podría haber generado un auténtico caos en el barrio, pues es un arma automática que puede disparar ráfagas de hasta cincuenta proyectiles.
Este caso es especialmente curioso, pues la Policía no encontró este arma porque con ella se hubiera cometido algún delito, como atraco o similar. Lo hizo porque unos días antes, el delincuente que la poseía (luego diría que el subfusil era de su abuelo) se vio implicado en una pelea en la puerta de la casa de su hermana, en el curso de la cual esgrimió una pistola y amenazó a los participantes en la trifulca.
Al tratarse de un arma de fuego, el caso recayó en el Grupo de Atracos de la Policía Nacional, que se encarga de investigar todos los incidentes relacionados con este tipo de armas que se denuncian o de los que se tienen constancia en Sevilla. Identificaron al delincuente, un tipo conocido como el Raya y que tenía 24 deteniones en su historial, muchas de ellas precisamente por atracos. Pidieron una orden de registro para entrar en su casa. Iban buscando la pistola, pero se encontraron el subfusil.
No es habitual que en Sevilla se encuentren armas de guerra. Las que se han encontrado en los últimos años, salvo la del caso del Raya, siempre han estado ligadas al narcotráfico. En una reciente operación conjunta de la Policía Nacional y la Guardia Civil, por ejemplo, se intervinieron un AK-47 y un Z-45. El primero es el fusil de asalto más extendido en el mundo, conocido popularmente como kalashnikov. El segundo es un subfusil que fabricó la empresa española Star en los años 40 y que llegó a ser durante la primera posguerra un arma reglamentaria de la Policía Armada y de la Guardia Civil.
Pero casi nunca este tipo de armas están en manos de delincuentes comunes. El caso del Raya es la excepción que confirma la regla. Las armas de guerra encontradas por la Policía en los últimos años en Sevilla siempre han estado en manos de organizaciones criminales, la mayoría de ellas dedicadas al narcotráfico, que las han conseguido siempre en el mercado negro, o trayéndolas de otros países. Así lo explica el jefe del Grupo de Atracos de la Policía de Sevilla.
También las armas cortas están muy relacionadas con el tráfico de drogas. Muchos de los atracadores que emplearon pistolas reales en la capital andaluza habían conseguido sus armas a través de puntos de venta de drogas. El perfil más habitual del atracador en Sevilla, explica este mando policial, es el del delincuente enganchado, que roba para costearse su adicción, de ahí que para los traficantes sea rentable cederle algún arma con la que puedan cometer algún delito, pues saben que el dinero obtenido volverá a sus arcas cuando el atracador vaya a comprarles droga.
Estas armas, además, suelen tener números de serie borrados o han sido sustraídas, por lo que difícilmente puede rastrearse quién es la persona que tiene la pistola. En los últimos años ha habido un par de casos de sustracciones de armas reglamentarias a personal de las Fuerzas de Seguridad, así como atracos en armerías para robar pistolas.
Con los contactos adecuados, una persona puede hacerse con un arma de fuego en determinadas zonas de la ciudad. Las Tres Mil Viviendas es un punto caliente del mercado negro de las armas en el que existe cierta variedad. En el Vacie es posible adquirir alguna pistola procedente de Portugal, pero es un lugar mucho más cerrado y restringido al acceso para personas ajenas a las familias residentes allí. También han entrado armas por Francia, ya que España es un país de paso entre el país galo y el norte de África.
Las armas cortas son las preferidas para los robos con violencia en establecimientos, por la sencilla razón de que son las más fáciles de ocultar, explica el jefe del Grupo de Atracos. También se utilizan muchas armas simuladas o de fogueo, si bien estas últimas han descendido mucho desde un cambio legal que impuso restricciones a su venta. Las pistolas de fogueo, o detonadoras, pueden transformarse para que disparen un proyectil real. Son armas que están diseñadas para que sólo disparen pólvora, sin proyectiles, pero alguien con conocimientos mecánicos puede manipular el cañón para convertirla en un arma real. Las pistolas detonadoras son las que se emplean en artes escénicas, o para adiestrar perros de caza.
Pero las reales, casi siempre están vinculadas al tráfico de drogas. Otro caso curioso de arma de guerra encontrada en Sevilla recientemente fue la granada de mortero hallada en Morón de la Frontera, en un registro en el que la Policía intervino para desmantelar una plantación de marihuana.
En cuanto al panorama de los atracos en Sevilla, ha habido un pequeño cambio en los últimos tiempos. Apenas se producen ya en los bancos, que han incrementado mucho sus medidas de seguridad y de los que no es fácil salir con una gran cantidad de dinero. En la capital andaluza no han operado recientemente bandas profesionalizadas que sean capaces de organizar robos de manera minuciosa, de ahí que los atracadores sevillanos opten por robos más sencillos, con más posibilidades de éxito. Así, las gasolineras, las farmacias, los supermercados y los bazares chinos siguen sufriendo robos con violencia con cierta frecuencia.
El Grupo de Atracos cuenta con una gran eficacia en sus investigaciones, y prácticamente todos los casos terminan resolviéndose. Muchos de los atracadores que operaron en Sevilla en los últimos años están en prisión. Son delincuentes muy especializados, que suelen volver a atracar en cuanto salen de la cárcel, de ahí que sobre ellos haya un especial seguimiento o vigilancia.
Otra modalidad en la que se utilizan armas de fuego reales de la que la Policía tiene constancia que va en aumento es la de los vuelcos, o robos entre narcotraficantes. Sin embargo, es un tipo de delito del que no suele haber denuncias, y que llega a los agentes a través de confidentes o de informaciones que luego no se respaldan con declaraciones oficiales. Pueden investigarse de oficio, pero las propias víctimas de estos robos se niegan a colaborar. En estos vuelcos se emplean en ocasiones armas de guerra y quienes los cometen suelen hacerse pasar por policías o guardias civiles para simular que se trata de algún registro y no de un robo.
Las armas que más se intervienen en Sevilla son las escopetas de caza. Se han dado robos a cazadores y que luego sus armas terminen siendo empleadas con fines ilícitos. Ha habido asaltos a fincas y casas de campo de donde se han robado escopetas, y también sustracciones en vehículos de cazadores mientras desayunaban en alguna venta. Las armas intervenidas son todas analizadas por la Policía Científica, cuyo departamento de Balística las analiza para comprobar si se ha cometido con ellas anteriormente algún delito.
1 Comentario