Causa criminal

Así es como una madre se ha infiltrado en la banda que violó a su hija

Imagen de un coche de la Guardia Civil.

Imagen de un coche de la Guardia Civil. / Jesús Monroy

El 23 de junio dos chicas, menores de edad y de 14 y 16 años, desaparecían del centro de menores tutelados en el que residían, en la Comunidad Valenciana. Al día siguiente los responsables del centro interpusieron una denuncia.

La Consellería de Igualdad y Políticas Inclusivas, de la que dependen los menores tutelados, informó de lo sucedido a Policía, Guardia Civil, Fiscalía y a los familiares de las dos menores. 

El 2 de julio la madre de una de las menores recibió la llamada de su hija desde un número oculto y puso en conocimiento al centro de menores. Se inició así la ‘Operación ALIKE’ llevada a cabo por la Guardia Civil.

Acto seguido de contactar con su hija, la madre volvió a recibir una llamada pero esta vez quien estaba al otro lado era un hombre. La madre, hábilmente, se hizo pasar por una amiga de su hija y le dijo al hombre que no tenía dónde ir, por lo que éste también le ofreció cobijo a ella, creyendo que se trataba de otra menor.

De esta manera la mujer se citó con él en la estación de tren de Gandía. Alertó a la Guardia Civil y cuando llegó a la estación pudieron detenerlo en octubre del mismo año.

Tras un operativo policial, la Guardia Civil de Valencia localizó el lugar en el que se encontraban las niñas, que fueron trasladadas al Hospital de Gandia y entregadas a las personas responsables de su custodia, una vez concretadas las posibles lesiones e intoxicaciones en las que fueron halladas.

Tambien detuvieron a otra persona implicada en los hechos. Los hombres tienen 50 y 37 años pero se investiga la participación de otro adulto de 43 años, que cumple condena en la cárcel de Picassent, y se busca a una cuarta persona de 20 años.

Drogaban y violaban a las menores

La banda criminal captaba a menores tuteladas por los servicios sociales, ya que no tienen un arraigo familiar diario, con la excusa de ofrecerles cobijo.

Las persuadían prometiéndoles regalos como teléfonos móviles, patinetes eléctricos o ropa. Vivían en una casa ocupada en la localidad valenciana de Gandía. Allí las drogaban con psicotrópicos y eran violadas en repetidas ocasiones por varios adultos.

A todos los integrantes de la banda se les atribuyen los delitos de abusos sexuales a menores y las diligencias han sido entregadas al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Gandía.

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