Los hechos tuvieron lugar el pasado mes de noviembre en una vivienda de Madrid. La víctima es una mujer de 46 años que estaba dormida cuando dos individuos entraron por la terraza de su piso y la despertaron para robarle.

La amenazaron con matarla si decía algo y después le vendaron los ojos, la ataron y le pidieron que les diera todo el dinero que tuviera. Una vez que los asaltantes tenían consigo las tarjetas de crédito de la víctima, la obligaron a que les diera el número PIN para desbloquearlas y poderle robar.

Mientras uno de ellos abandonada la vivienda para ir a un cajero, el otro aprovechó para agredir a la víctima sexualmente. Cuando el que estaba en el cajero volvió ambos se marcharon del domicilio no sin antes asegurarle a la mujer que si decía algo volverían a por ella.

La mujer, que estaba en estado de shock, consiguió deshacerse de las ataduras y llamar a un vecino y a su padre para contarle lo sucedido.

En un principio no quiso poner una denuncia debido al miedo que tenía, por eso llamó a la Guardia Civil y les dijo a los agentes que había llegado a casa después de trabajar y que se lo había encontrado todo revuelto, a lo que los de la Benemérita le contestaron que se pasarían por la vivienda al día siguiente para registrarla. En ese momento la víctima no pudo contenerse y rompió a llorar, confesando que en realidad le habían robado y había sido agredida sexualmente.

Hasta el lugar se desplazó una patrulla que tomó pruebas de la casa y a ella la trasladaron a un centro sanitario para tomarle muestras de ADN.

Gracias a la descripción que la mujer dio de sus dos asaltantes los agentes pudieron detener a uno de ellos, que se encuentra actualmente en prisión provisional. Sin embargo, los resultados de las pruebas del ADN hallado en el cuerpo de la mujer podrían demorarse hasta un año, según ha transmitido el Instituto Armado. Hasta entonces no se podría cotejar si éstos coinciden con el perfil genético de la persona detenida.

La víctima ha señalado, en declaraciones a Telecinco, que necesita conocer esos datos ya no solo para que quien la haya agredido pague por ello sino porque psicológicamente es importante para ella poder demostrar que de verdad había sido agredida.

Ha señalado que en ningún momento nadie ha cuestionado su palabra, pero que necesita tener esa certeza. De hecho ha agradecido el trato impecable con ella y el trabajo realizado por la Policía Judicial de la Guardia Civil.

Según le han comentado los investigadores, aunque en su vivienda solo entraran dos individuos, éstos podrían pertenecer a una banda criminal. De hecho, un mes antes de lo ocurrido a la misma mujer le entraron a robar en su vivienda por lo que se sospecha que fueron las mismas personas.

Actualmente la mujer agredida se encuentra en tratamiento psicológico y psiquiátrico y está de baja médica. Debido a la temporalidad de sus contratos está teniendo dificultades para reincorporarse al mercado laboral con las ayudas que, desde las instituciones, se les ofrecen a estas mujeres después de haber sido agredidas.