El escándalo de la leche adulterada en China puede extenderse fuera del país

La alarma ha saltado ya en Hong Kong tras el primer caso en un niña de 3 años que tuvo que ser tratada de cálculos renales · La OMS pide investigar si el problema se ocultó por los Juegos de Pekín

Dos ganaderos se deshacen de leche en la provincia de Hubei.
R. S. · Agencias / Pekín

22 de septiembre 2008 - 05:01

El escándalo de la leche adulterada con melamina, que hasta ahora ha causado la muerte de 4 bebés en China, amenaza con extenderse fuera del país asiático tras haberse detectado el primer caso en la ex colonia británica de Hong Kong.

Una niña de tres años, que tuvo que ser tratada de cálculos renales el sábado, se ha convertido en el primer caso fuera de las fronteras chinas ya que, aunque Hong Kong fue devuelta a Pekín en 1997, funciona como un territorio extranjero a efectos fronterizos y su nivel sanitario es el de un país desarrollado.

El pánico crece en la saneada Hong Kong al saberse que otra de las firmas implicadas, Mengniu, era el suministrador del parque Disneyland ubicado en la ex colonia, aunque de momento no se han detectado componentes tóxicos en sus partidas.

Veintidós empresas, entre ellas las más importantes de China, como Yili (suministrador olímpico), Mengniu, Sanlu, Guangming (Bright Dairy), Suokang (Suncare) y Yashili, están implicadas en la adulteración de leche con melamina, un compuesto cristalino utilizado en la fabricación de resinas sintéticas, que engaña a los detectores de proteínas y que produce cálculos renales en los niños.

Además, después de que las autoridades de Singapur detectaran melamina en la leche de fresa de la holandesa Dutch Lady (Friesland Foods) que se produce en la planta china de Tianjin, el producto ha sido retirado en Hong Kong y Macao.

El escándalo ha disparado la alarma en los países que importan leche china, como Japón, donde las firmas Marudai Food, cliente de Yili, y Nissin Foods retiraron el sábado algunos de sus productos, mientras que Malasia, Myanmar (Birmania), Tanzania, Brunei y Gabón han prohibido la venta de leche china.

Entretanto, los casos de niños con cálculos renales por ingesta de leche adulterada siguen aumentando. El ministerio chino de Salud informó ayer de que el número total de bebés admitidos en los hospitales tras beber la leche envenenada es hasta ahora de 12.892, según la agencia oficial de noticias Xinhua.

Por ejemplo, las autoridades de la provincia norteña de Hebei desvelaron ayer que desde el pasado miércoles el número de niños enfermos en su jurisdicción se ha cuadruplicado y el viernes eran ya 5.770 los casos conocidos. El subdirector de Sanidad de Hebei, Gao Chunqiu, dijo que calculan que al menos 160.000 bebés de la provincia han consumido leche adulterada de Sanlu, según la agencia China News Service.

En medio de este nuevo escándalo sanitario que crispa a las familias chinas, el primer ministro Wen Jiabao señaló en una emisión televisiva que su prioridad ahora es la seguridad alimentaria.

Con el fin de lavar la imagen de las masivas exportaciones made in China, protagonistas en el último año de numerosas intoxicaciones en el extranjero, el gobierno está retirando los productos adulterados, pagando gastos médicos y ha anunciado castigos a los culpables. Hasta ahora 46 sospechosos han sido arrestados, entre ellos la presidenta de Sanlu, Tian Wenhua.

A pesar de esta respuesta, la Organización Mundial de la Salud pide investigar si hubo encubrimiento, ya que la firma neozelandesa Fonterra, propietaria de un 43% de Sanlu, informó del problema a las autoridades chinas a principios de agosto, en vísperas de los Juegos de Pekín, y el escándalo se desveló la semana pasada.

Sin embargo, la cancillería china sostiene que supo del problema a través del gobierno neozelandés el 9 de septiembre, por lo que los observadores creen que Pekín ocultó el escándalo por los Juegos.

Mezclar melamina y leche es práctica habitual en China, según fuentes del sector citadas ayer por el South China Morning Post. Ex propietarios de lácteas desvelaron que aparte de melamina, los productores añaden saborizante artificial, agua, agua oxigenada, proteínas en polvo, suero, antibióticos y aceite industrial.

Pero en esta cadena de despropósitos y fraudes, los más afectados están siendo los 2 millones de granjeros del país, ya que no están vendiendo su producto a las plantas afectadas, cuya producción ha sido suspendida por las autoridades.

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