Ocho cosas por las que podrían multarte (aunque te parezca surrealista)

La Dirección General de Tráfico es un organismo público dedicado a la garantía de la seguridad vial mediante una serie de normativas y su correspondiente sistema de sanciones y penalizaciones, que además de ser de carácter económico pueden afectar a la validez del permiso de conducir de cada ciudadano cuando se traducen en una deducción de puntos en el mismo.

Es por ello que se insta a los conductores a mantenerse alerta en todo momento cada vez que se dispongan a circular con su vehículo, de manera que se preserve la seguridad del resto de usuarios de la vía pública mientras se evitan las mencionadas sanciones.

El conocimiento de este reglamento de tráfico se presupone, ya que como parte del proceso de obtención de un permiso de conducir de cualquier tipo se deben pasar una serie de pruebas teóricas en las que se evalúa si el aspirante a conductor efectivamente se encuentra en condiciones de circular con un vehículo de manera segura y de acuerdo con la ley establecida.

No obstante, son muchos los conductores que cada día llevan a cabo una serie de prácticas en su circulación, en muchas ocasiones por mera costumbre, que son en realidad infracciones sancionables a ojos de la Dirección General de tráfico y su mencionado reglamento de seguridad vial. Estas infracciones, a su vez, pueden llegar a conllevar multas de hasta 3.000 euros, cifra que evidentemente todos querríamos evitar abonar.

Por ello, aquí enumeraremos una serie de prácticas comunes en los conductores españoles que son en realidad irregularidades, con el fin de evitar posibles multas y, por supuesto, mantener la seguridad de los usuarios de la vía pública mediante el cumplimiento del reglamento pertinente.

• Conducir con chanclas o sin camiseta puede conllevar multas de hasta 80 euros. Esto se debe a que estas prendas (o en el segundo caso, ausencia de prendas de ropa) no se contemplan como una indumentaria segura para la conducción, por el riesgo aumentado de accidentes que pueden suponer.
• Comer o beber al volante, por otra parte, puede costarnos hasta 200 euros, puesto que supone un efecto negativo directo sobre la capacidad de concentración de la persona que controla el vehículo en cuestión.
• Si un conductor discute o se besa con su acompañante en plena circulación y un agente de tráfico o alguna de las cámaras de carretera lo presencian, podrán sancionarle con hasta 500 euros de penalización y una deducción de 6 puntos de su permiso de conducir, una vez más por reducir su capacidad de concentración en la vía.
• El transporte de objetos no sujetos en el habitáculo del vehículo se contempla como un riesgo potencial para la seguridad del conductor y de otros usuarios de la vía, por lo que puede traducirse en multas de hasta 200 euros.
• Llevar una mascota sin las medidas de seguridad apropiadas, como transportines o sistemas de retención o sujeción, acarreará sanciones de hasta 500 euros, una vez más por traducirse en riesgos potenciales para la seguridad del conductor, otros usuarios de la vía y, por supuesto, el propio animal.
• Si en plena circulación el conductor procede a morderse las uñas o maquillarse, podrá ser sancionado con hasta 500 euros y una deducción de 6 puntos en su permiso de conducción. Esto se debe a que un agente de tráfico puede interpretar que al hacerlo el conductor no está prestando atención a la vía suponiendo un riesgo potencial para la seguridad vial.
• Cuando un pasajero del vehículo reposa sus pies en el salpicadero del mismo, puede traducirse en sanciones de hasta 200 euros. A pesar de ser una posición cómoda, es mucho más peligrosa a causa del conocido efecto submarino. Un agravante a esta infracción es si, además, el agente de tráfico correspondiente considera que el cinturón de dicho pasajero no está propiamente abrochado, que añade a la sanción la deducción de 4 puntos del permiso de circulación.
• Aunque no todos los conductores conozcan este dato, resulta que quedarse sin combustible en medio de una vía de circulación puede acarrear sanciones de hasta 3.000 euros si se dan una serie de supuestos a raíz de este inconveniente, como verse obligado a aparcar en un lugar que entorpezca la conducción de otros usuarios. Por ello, se recomienda mantener vigilado el nivel de combustible para evitar este tipo de circunstancias.