Los riesgos de bañarse en playas, ríos o piscinas
Cada 'balsa' de agua conlleva distintos riesgos que deben conocerse antes de zambullirse en ellas
Cómo protegerse ante las infecciones más comunes en las piscinas
El calor cambia el ecosistema marino
A nivel mundial, darse un relajante baño en piscina, playa, pantano, río o similar es sano para nuestra salud mental y física, pero, ojo, también encierra una series de riesgos para nuestro organismo que debemos conocer y saber gestionar.
Al igual que no todas las aguas son limpias y cristalinas, el mayor problema igual no es encontrarte alguna que otra algo o roca en tu camino hacia el esperado chapuzón veraniego.
Las piscinas son desde siempre uno de nuestros principales aliados contra climas extremadamente calurosos, pero, tal y como apuntan varios científicos expertos, son una fuente importante de enfermedades. Las aguas tratadas químicamente, como las piscinas, son uno de los puntos de exposición a diversas bacterias, sobre todo si se bebe o traga (manía o hecho inevitable para muchos niños y no tan niños).
La doctora Seetha Lakshmi, epidemióloga hospitalaria asociada en el Hospital General de Tampa y profesora asistente en la Universidad del Sur de Florida, insiste en la necesidad de que la gente sea responsable y solidario y en el caso de que haya tenido una enfermedad gastrointestinal no se bañe en sitios públicos durante un par de semanas, algo que puede ser especialmente complicado cuando hablamos de los más pequeños de la casa.
La realidad es que la exposición a organismos transmitidos por el agua podría presentar un problema importante de salud pública. Hasta sesenta investigaciones diferentes en cerca de una veintena de países europeos determinaron más de ocho mil organismos transmitidos por el agua susceptibles de provocar enfermedades en el hombre, entre bacterias, virus y protozoos. Un 30% de los casos estudiados terminaron afectados. Los resultados de esta revisión de alcance destacan el riesgo potencial para la salud pública de la exposición a ciertos organismos en este tipo de agua que normalmente no se detecta en las monitorizaciones actuales que se hacen.
La incidencia humana en el mar y los ríos
Respecto a entornos naturales como el mar o los ríos, las principales hipótesis están ligadas directamente al ser humano. En Estados Unidos, por ejemplo más de la mitad de las playas tienen niveles de bacterias por encima de los límites que determina la Agencia de Protección Ambiental (EPA), para quien hasta un 3 por ciento de los bañistas enfermarán por las condiciones de dicho agua ¿Cómo reducir dicho porcentaje? Para los investigadores hay que poner el foco en las aguas residuales y los vertidos que hacen las personas.
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