La llegada de las altas temperaturas trae consigo multitud de consejos acerca de cómo sobrellevar la subida del termómetro y de entre todos ellos, el que más se repite está relacionado con una alimentación basada en los productos de temporada que son los más idóneos para contrarrestar los efectos que el calor tiene sobre nuestro organismo. Una de esas preparaciones que no deben faltar en nuestros hogares es el siempre refrescante gazpacho, una sopa fría a base de tomate, pimiento verde, pepino, cebolla, ajo, agua y un poco de pan.

Si bien se considera que el gazpacho tiene origen en Andalucía y está asociado a los agricultores que encontraban en esta mezcla de ingredientes una buena y nutritiva solución a sus almuerzos mientras trabajaban la tierra, no podemos olvidar que los tomates llegaron a la península ibérica después del descubrimiento de América. De manera que antes de que se popularizara el gazpacho como lo conocemos en la actualidad, la alternativa era el conocido como ajo blanco y cuyos orígenes se remontan a la época mesopotámica, pasando por los romanos y llegando a los árabes que ya incorporaron la almendra como uno de los ingredientes fundamentales. En aquellas casas en las que este fruto seco no se consumía por su coste, se sustituía por habas secas, un ingrediente más humilde. La introducción del tomate se desarrolló de manera paulatina y ya cuando su consumo se extendió por toda la geografía, el gazpacho se popularizó en toda Andalucía.

Más allá de la variedad de tomate que se utilice para realizar esta sopa fría, sus valores nutricionales lo convierten en un magnífico aliado en nuestra alimentación diaria. Según los nutricionistas, el tomate contiene una gran cantidad de licopeno, con una gran capacidad antioxidante y protectora de las células respecto a los radicales libres. Por otro lado, el hecho de que se recomiende su consumo en unión de alimentos ricos en grasas como el aceite de oliva virgen extra es porque la absorción del licopeno es mayor ya que es soluble en grasa. Otros antioxidantes presentes en el tomate son la Vitamina C y la A, lo que ayuda en procesos inflamatorios y es una buena fuente de potasio y de fibra; así como su alto contenido en cromo, que tiene un efecto beneficioso sobre la diabetes.

Más allá del tomate

Si bien la receta tradicional del gazpacho contiene, por norma general, el tomate, la cebolla, el ajo, el pimiento verde, el pepino, el aceite de oliva virgen extra, sal, agua y un poco de pan; las últimas tendencias gastronómicas han incorporado en sus ingredientes frutas como la sandía, la cereza o la fresa. De esta manera, este plato tan típico se ha transformado en objeto de modernizaciones y nuevas presentaciones igualmente sabrosas y refrescantes.