Si se busca información sobre el devenir de Níjar a lo largo de los siglos se encuentran retazos de historia, en ocasiones cicatrices, que han curtido una tierra a la que siempre se ha sacado de sus entrañas una extraordinaria riqueza natural. Desde alumbre, plomo y plata en el ancestro, hasta la extracción del oro de Rodalquilar con la llegada del siglo XX y hasta 1966. Pero aquellas riquezas, aún codiciadas por todos y de enorme valor en el mercado, nunca dejaron la recompensa debida en un territorio descrito por el premio Cervantes 2014, Juan Goytisolo, como humilde y casi aletargado por el inclemente sol. Años más tarde, la agricultura ecológica ha sabido sacar el rendimiento adecuado para democratizar la riqueza y que sean sus gentes, sus pobladores, quienes obtengan el beneficio debido.

El sol, la energía más natural, es la que precisamente hace de Níjar y sus 600 kilómetros cuadrados la cuna de un modelo agrícola 2.0 que apuesta por la tecnología y centra su objetivo en la calidad del producto ecológico madurado con luz natural.

Níjar alberga la mayor parte del Parque Natural Cabo de Gata Níjar, y con ello un enorme atractivo turístico de reconocido prestigio internacional que empieza a coaligarse con su producción hortícola como su mejor expositor. Esta exposición pública se ha configurado al mismo tiempo como el más exigente control de calidad que existe, que no es otro que el consumidor final. El modelo productivo de Níjar está expuesto sin filtros al escrutinio de cientos de miles de turistas, clientes potenciales que anualmente atraviesan campos de invernaderos en perfecta sintonía con un entorno sin parangón en Europa. “Y es aquí donde la magia de la gastronomía local mezcla los sabores con sensaciones, esas que generan recuerdos inolvidables que evocamos cada vez que consumimos un producto, un plato típico de un lugar determinado. Y ese es el mensaje que intentamos transmitir con nuestro modelo de agricultura ecológica, que cada bocado a un producto nijareño te transporta a nuestras playas, a nuestros valles bañados por el sol más de doce horas al día. Y con cada bocado de un producto madurado al sol en Níjar, ese consumidor contribuye a que este milagro de la naturaleza pueda pervivir en beneficio de generaciones futuras”, afirma Esperanza Pérez Felices, alcaldesa de Níjar.

Níjar cuenta con uno de los sistemas de riego más eficientes de Europa

El sector agrícola nijareño camina hacia la excelencia en calidad aprovechando las condiciones naturales del entorno, eso es un hecho constatado, pero ese esfuerzo precisa de infraestructuras públicas y privadas que cimenten un modelo con viabilidad de futuro. “Se trata de generar no sólo las condiciones para ser competitivos en una coyuntura concreta, en un momento específico del mercado, sino poner las bases de una forma de hacer que nos permita dejar un legado competitivo para las generaciones futuras, porque las condiciones naturales son un enorme hándicap a nuestro favor, pero no es suficiente”, explica la alcaldesa. Así, en los últimos años el gobierno local ha desarrollado un ambicioso plan de mejora de caminos rurales, senderos de asfalto que pretenden llegar a cada punto de producción, a cada invernadero, para mejorar las condiciones en las que cada kilo de tomate, pimiento, berenjena o calabacín, son evacuados hasta sus puestos de reexpedición. Sólo en los últimos ocho años y haciendo un enorme esfuerzo de inversión con fondos propios, se ha actuado sobre más del 40% de esa red de vías que, puesta sobre el mapa, se asemeja al dibujo del sistema sanguíneo del ser humano.

A ello se suma una importante inversión en nuevas tecnologías para democratizar el acceso al 5G y con ello a la inclusión de sistemas de sensorización que hace más sostenible cada hectárea de invernadero. Níjar cuenta en estos momentos con uno de los sistemas de riego por goteo más eficientes de Europa al contar con una red en la que se minimizan las pérdidas, pero no sólo por ello, sino porque por sus miles de kilómetros de conducciones discurre desde hace años una mezcla de agua procedente de acuíferos naturales con agua desalada de las plantas más cercanas. Esta apuesta, aunque de mayor coste para el agricultor, ha servido para garantizar la viabilidad de una zona productiva en expansión, pero que crece eficientemente. “Aumentamos la apuesta por la agricultura ecológica porque es el fiel reflejo de esa agricultura 2.0 que representa Níjar, donde la fusión de un territorio como el Parque Natural de Cabo de Gata Níjar, y la implementación de nuevas tecnologías aplicadas a la agricultura para superar escollos, adaptarnos a las preferencias del consumidor, del cliente final, son en sí mismas el mejor reflejo de lo que significa ser nijareño. Es decir, la defensa del territorio como un hecho diferencial que siempre nos hará más fuertes, si somos capaces de adaptarnos a lo que se espera de nosotros. La agricultura ecológica representa eso, el salto a la excelencia en el que nosotros, como sector comarcal, llevamos unas cuantas hectáreas de ventaja”, explica Pérez Felices.

Pero la imagen principal de este collage de imágenes que describen un sector con hambre de competitividad es el Puerto Seco de Níjar. Se trata de 1,7 millones de metros cuadrados de área logística a la que accede directamente el tren de alta velocidad. Abarcará inicialmente 100 hectáreas en esta primera fase de la que ya se están realizando los proyectos y se irán ampliando hasta las 175 que contempla el desarrollo completo. Esta primera fase se corresponde con la franja situada entre la Autovía del Mediterráneo (A-7) y el eje estructurante paralelo a ella, la primera franja localizada al este del referido viario estructurante, y las infraestructuras de acceso rodado y servicios para la futura terminal intermodal. La actuación, en su conjunto, se ha catalogado prioritaria para su desarrollo en la primera mitad del marco temporal del Plan de Infraestructuras del Transporte y la Movilidad de Andalucía (PITMA). Según el calendario previsto, las obras de esta primera fase se podrían licitar en el segundo semestre de 2023. “Hoy podemos sentirnos muy satisfechos de todo el proceso y sinceramente creo que se van a cumplir los plazos, y que entre 2026 y 2027 veremos los trenes llegar al puerto seco de Níjar para cargar mercancías. Llevar nuestros productos a los mercados del norte con una menor huella de carbono ahonda en ese objetivo de aumentar la apuesta por la agricultura ecológica, que debe comprender desde el cultivo de mimo artesanal, envases respetuosos con el medio ambiente y un transporte que lo haga más competitivo tanto por tiempos de entrega, como por la minimización de emisiones”, explica la alcaldesa de Níjar.

Pero Níjar, consciente de la preocupación en los mercados por la situación de los trabajadores del campo también ha tomado la delantera en búsqueda de la excelencia social para convertirse en ejemplo de integración de la mano de obra necesaria. Así, en los cuatro últimos años se ha ejecutado un plan con la Universidad de Granada que se traduce en la construcción de un complejo de acogida, el mayor en su especie y de sus características. Antes de ello, contó con la colaboración de fundaciones como Esperanza Pertusa para alojamientos de emergencia, e incluso cuenta con una iniciativa ya puesta en marcha y reconocida por la Comisión Europea en la Nueva Bauhaus Europea, denominado “Células de Gaia: Bioconstrucción para Alojamientos Transitorios de Integración”. Esta acción ha sido promovida por el Ayuntamiento de Níjar y desarrollado por la Universidad de Almería a través del CIDES (Centro de Investigación en Derecho de la Economía Social y de la Empresa Cooperativa de la Universidad de Almería).