Acompañando al nuevo 'Mowgli'
Nacho Medina se muestra satisfecho con el resultado de su último trabajo en Cuatro, 'Frank de la Jungla', un'docu-show' con el que ha conocido de cerca la selva tailandesa y sus animales más peligrosos.
Cuando preparaba el programa de Callejeros Viajeros en Tailandia, un amigo le habló de un tipo leonés que se dedicaba a cazar serpientes en Bangkok y que tenía su propio programa en la televisión local. A Nacho Medina, subdirector de Callejeros Viajeros, aquello le pareció curioso y lo incluyó en el programa. Pero cuando su compañero Jalis de la Serna llegó de Tailandia, las imágenes de aquel tipo que soltaba tacos en tailandés mientras agarraba a una pitón con la mano le sorprendieron. Como a él, también al director general de Cuatro, que no dudó a la hora de crear un programa en el que Frank Cuesta fuera el protagonista.
Y es que, si Rudyard Kipling volviera a escribir su Libro de la Selva, a buen seguro vería en Frank al 'Mowgli' del siglo XXI. Capaz de sobrevivir en la jungla con chancletas y sin apenas víveres y que habla de tú a tú a cualquier especie animal sin importarle su fuerza o sus mordeduras venenosas. "Frank no deja a nadie indiferente; o le amas o le odias", dice rotundo Nacho Medina. Y añade que con este programa la productora Molinos de Papel ha dado un "salto al vacío"; un paso al frente en la forma de narrar los documentales de naturaleza. "Hemos hecho algo novedoso al contarlo en primera persona. Frank de la jungla es el 'antidocumental', la realidad de la selva sin grandes objetivos ni maquillajes", añade.
En los casi cuatro meses que Nacho Medina y el cámara Santiago Trancho acompañaron a Frank Cuesta en sus aventuras, tuvieron tiempo para conocer de cerca, muy cerca, los animales más peligrosos de la selva tailandesa, desde el tigre o el elefante salvaje hasta los cocodrilos o el dragón de Komodo. Vivieron en primera persona situaciones extremas, hasta el punto de tener que dormir en la copa de un árbol porque una manada de elefantes salvajes les seguía de cerca. "Hemos vivido momentos desagrables y momentos curiosos, pero lo que tengo muy claro es que volvería a repetir la experiencia porque supone un auténtico privilegio poder vivir la naturaleza desde tan cerca", explica Nacho. Y añade entre risas: "aunque ahora, con lo que hemos pasado, tengo más canas que cuando empecé a grabar".
Para el subdirector de Callejeros Viajeros aquello de meterse en la selva con un tipo como Frank Cuesta era una aventura que imaginaba podría gustar a la audiencia, aunque nunca pensó que sería uno de los espacios más vistos del domingo en la franja acces prime time. "Cuando se lo propusimos a Frank, nos dijo que quería hacer un programa real y es precisamente ésa la meta que persigue Molinos de Papel, por lo que tanto la productora como el protagonista, encontraron la horma de su zapato", cuenta Nacho. Y es que él tiene claro que cualquier otro personaje no habría podido hacer que el programa tuviera tanta audiencia. "El tío es un animal entre animales. Se mueve por la selva como por su casa, es un atleta dispuesto a todo y que, además, tiene la agudeza de los animales. Para nosotros fue un milagro encontrarnos con alguien así. Al principio estaba más pausado, pero a medida que fue cogiendo confianza, fuimos conociéndolo como de verdad es, que es tal y como sale en pantalla. Aunque debo decir que en el fondo tiene un carácter muy de León. Cuando se apaga la cámara, Frank es introvertido y tiene una cultura asiática muy acentuada, pero afortunadamente también es una mina televisiva, que capta rápido todo lo necesario para hacer un buen programa", dice.
Si algo ha llamado la atención del espectador es la forma tosca y grosera que tiene Frank a la hora de dirigirse a los periodistas cuando están en situaciones peligrosas. "Ésa era su forma de mantenernos alerta, porque él es una persona extremadamente prudente, algo que nosotros no porque tanto Santi como yo íbamos siempre buscando la imagen perfecta para el reportaje y no nos dábamos cuenta del peligro real que corríamos".
Y es que, para Nacho, no sólo es importante la labor que realiza Frank sino también su compañero Santiago Trancho, el cámara. "Para mí, el programa es en un 40% Frank y en otro 40% las imágenes de Santi, que ha sido capaz de estar grabando a pocos metros un primer plano de una cobra mientras hacía foco con la mano y, además, sin que le temblara el pulso. Mi labor ha sido muy parecida la de un director de cine, porque he tenido que moldear al personaje sobre la marcha", dice. Y añade: "Frank no tenía sensación de trabajo. Él estaba haciendo lo que le gustaba y, cuando le decíamos, 'tío, ya tenemos bastante, no sigas por ahí', contestaba tajante: 'Pues desde este momento ya no trabajo con vosotros, me despido'. Estaba claro que disfrutaba con lo que hacía y es que, por encima de todo, Frank es un amante exacerbado de los animales, aunque luego te explique las cosas de la selva como si te las contara tu vecino del 4º. Ahí está su secreto".
Nacho Medina ha disfrutado con su experiencia y tiene claro que tendrá algo que contarle a sus nietos dentro de 20 años. "Les diré que tuve a un orangután casi en la falda y que fui el primero que hizo televisión en España con un tipo tan colgado como Frank".
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